Una vez recuperada la niña secuestrada por su madre en 2002, la policía supo que, desde su sustracción, había estado todo el tiempo bajo el cuidado de varios familiares a excepción de su madre, Macarena, debido al problema que tenía con las drogas y por el tiempo que pasó en prisión.

Se descubrió que la niña nunca fue inscrita en el Registro Civil ni en la Seguridad Social; no estaba vacunada ni había sido escolarizada en ningún momento por sus parientes, al parecer, debido al miedo a que se la localizase. Por eso los agentes policiales se dieron de bruces con una sorpresa inesperada: al analizar la documentación intervenida a la madre de la niña, y tras escuchar a la propia menor, además de reestudiar los artículos de prensa publicados entonces, concluyeron que existía otro menor, un chico también hijo de Macarena y que se encontraba en idénticas condiciones a las de su hermana.

El conocimiento de la existencia de este niño y la posibilidad de que, tal y como hicieron con L.A.Q., familiares de la madre lo ocultasen durante años con éxito, movió a la policía a montar una operación especial de búsqueda junto con efectivos de la X Unidad de Intervención Policial. Así, se practicaron tres registros domiciliarios en distintos barrios de esta ciudad, en los que intervinieron varios efectos, además de material informático. Fue todo esto lo que permitió finalmente la localización del chico, oculto también por miembros de su familia en un bungaló ubicado en el sur de Gran Canaria, explicó ayer la policía a través de un comunicado.

Pero del niño, M.C.Q., de 12 años, no existía dato alguno en ningún organismo oficial. Ni en el Registro Civil, ni en la Seguridad Social, ni en colegios. Nada. Había vivido con un familiar de Macarena que nunca realizó trámite alguno para regularizar su situación, a pesar de que incluso en una entrevista publicada en LA PROVINCIA/DLP el 11 de abril de 2002, el abuelo de la menor, Nicolás Arteaga, ya fallecido, manifestaba estar "disconforme" con lo que estaba haciendo su hija, que a Macarena ya le habían quitado otros tres hijos y que había oído que había tenido otro que no había llegado a conocer. Efectivamente, este niño existía y acaba de ser localizado. Ahora están al amparo de la Administración y se encuentran bien, pero han pasado por un calvario del que seguramente no han sido conscientes en ningún momento, sobre todo por no haber estado, como los otros niños, en el colegio.

El director médico del hospital Materno Infantil, Laureano León, reconocía en abril de aquel año 2002 que la dirección general del Menor les había remitido un escrito donde pedía medidas de protección para un recién nacido. El documento, que no había podido ser entonces localizado por el centro hospitalario, recogía: "Dados los antecedentes de problemas sociales" de la parturienta, "mantuvieran al recién nacido en el hospital, o de ser dado de alta lo comuniquen (a Menores) con anticipación".

El director médico aseguraba que la madre se llevó a su hija sin el permiso del personal de la Unidad de Neonatos. La madre, se señalaba en aquel momento, decidió sacarla del nido y llevárselo "haciendo uso de su derecho, porque la recién nacida no había sido declarada en desamparo". En cambio, Menores considera que ese expediente sí estaba en marcha.

Ya entonces hubo polémica, pero nada se esclareció.