Sanidad Exterior desconocía hasta ayer la presencia de un barco cargado con 200 toneladas de pescado podrido situado desde hace dos meses en el Puerto de Las Palmas, frente a los astilleros, saltándose al menos dos controles sanitarios. El Frey, que será hoy inspeccionado por técnicos del Ministerio de Sanidad, se había convertido en un foco de infecciones por la propagación de insectos y malos olores, que obligaron al cierre dos días de un restaurante próximo a la zona de reparaciones navales. Entre tanto, los astilleros que trasladaron el barco a La Luz aseguran que las emanaciones de malos olores han cesado porque las bodegas de la nave que contienem el pescado podrido ya han sido selladas.

Todos los barcos que entran en el Muelle tienen la obligación de comunicar su carga, como paso previo a recibir la autorización de entrada. Sin embargo, pese a sufrir un incendio y permanecer fondeado varias semanas a unas 2,5 millas de la costa turística de Maspalomas, el pesquero Frey entró sin conocimiento de Sanidad Exterior en La Luz sin problemas, donde ha permanecido casi dos meses.

Mientras el armador negociaba su venta y el astillero le retiraba la maquinaria, las cerca de 200 toneladas de pescado que, según las estimaciones de la consignataria Italmar, había capturado el pesquero antes de sufrir el percance en alta mar, se descomponían dentro del Muelle.

Requerimiento

Sanidad Exterior afirma que nadie había presentado una denuncia sobre su situación, y que solo conoció de su existencia ayer, cuando fue publicado por este periódico, a pesar de que el Puerto había señalado también que se estaba tramitando un requerimiento sanitario. Además, el Ministerio de Sanidad no había recibido ninguna petición de descarga de sus bodegas para arrojarlo en un vertedero. Técnicos de Sanidad tienen previsto llevar a cabo una inspección al pesquero durante la mañana de hoy para comprobar la carga, antes de tomar una decisión.

El barco tenía La Luz como puerto base y fue realojado en el recinto portuario tras su incendio después de que el astillero que recibió el encargo de atender el barco decidiera trasladarlo a puerto ante la imposibilidad de realizar en alta mar las tareas de desguace y de sellado de las bodegas. Fuentes del propio astillero explicaron ayer que el desguace es inminente, a falta sólo de unas pruebas de estabilidad preceptivas.

Entre tanto, operarios portuarios subrayan las enormes molestias que ha causado el mal estado del pescado, atrayendo a todo tipo de insectos y produciendo malos olores. En medios portuarios se considera inexplicable que el armador no avisara del contenido del barco cuando solicitó la entrada en La Luz y que Sanidad Exterior no fuera avisada. Estas fuentes, que subrayaron el riesgo sanitario de una carga putrefacta, apuntaron incluso la hipótesis de que la nave se hubiera sometido a cuarentena antes de que Capitanía Marítima decidiera, en esas circunstancias, si debía permitirle la entrada.