Botellas de oxígeno, linternas, mascarillas y una larga lista de material apilado, y preparado para empezar la maniobra, en la entrada de un inmenso y oscuro túnel del parque de las Creaciones, el antiguo cuartel Manuel Lois. Los bomberos de Las Palmas de Gran Canaria cumplen esta semana con cinco días de formación teórico práctica para reforzar los conocimientos de actuación, tanto individuales como en equipo, e instruir a la última hornada del cuerpo.

"El objetivo es capacitar a los miembros de la última promoción del cuerpo a resolver los acontecimientos que vengan, hacérselo recordar a los veteranos y reafirmar la confianza de los unos con los otros", explica el instructor Wifredo García, cabo de bombero y miembro del equipo formativo del departamento de Ingeniería Civil contra incendios de la universidad de Las Palmas. Con ocho metros de altura, 225 de profundidad y sin luz, el túnel del viejo cuartel es el lugar ideal para llevar a cabo las prácticas que reforzarán los conocimientos y la confianza del cuerpo de bomberos de Las Palmas. Se realizaron cinco maniobras en las que los 18 bomberos que formaban el equipo tuvieron que, divididos en trinomios, rastrear, orientarse, encontrar víctimas y sacarlas, y casi todo en la más absoluta penumbra. Por suerte en los rescates contaban con una linterna, pero aún así la habilidad y la coordinación resultan fundamentales para concluir con éxito el ejercicio.

Raúl Esclarín espera con el equipo preparado a que Wifredo García dé las órdenes para iniciar el simulacro, pertenece a la última promoción y es la primera vez que hace una intervención en un túnel. El ejercicio, que se asemeja todo lo posible a la realidad, prepara a los bomberos ante situaciones extremas, haciendo que agudicen al máximo sus sentidos y buscando el apoyo y la confianza entre los compañeros, únicos pilares en momentos de riesgo. Cerca de Raúl, José Guerra, integrante del cuerpo desde hace siete años, sujeta una linterna y se prepara para adentrarse en la oscuridad, "ahí dentro sólo tienes a tus compañeros para ayudarte, es muy necesaria la confianza los unos en los otros para que todo vaya bien".

Sabias palabras

Tomás Duque, jefe de bomberos de la ciudad, insiste en lo beneficioso de la instrucción para "reforzar los conocimientos" ya que son un total de "280 horas de formación multidisciplinar en la que se abordan diferentes intervenciones en túneles, rescates en estructuras colapsadas, orientación en espacios confinados, rescate de personas en accidentes de tráfico y demás posibles situaciones que se produzcan". En estos ejercicios intervienen todos los turnos de bomberos que estén de servicio. El cuerpo suele hacer al año entre dos y tres intervenciones en túneles para mantener al equipo alerta y recordar qué pasos hay que dar en cada momento.

En Gran Canaria, explica Wifredo García, en estas intervenciones, que son relativamente contadas y además "siempre se han resuelto fácilmente", el problema principal con el que se encuentra el cuerpo de bomberos en un accidente en túnel es el humo, puesto que no sólo retrasa su trabajo, sino que puede provocar más accidentes con otros vehículos que no se han visto afectados en el primer incidente. Por eso, una de las últimas maniobras que realizaron en el túnel del viejo cuartel fue extinguir un incendio y trabajar con el humo que se produce e inunda toda la estancia. Las líneas de vida, cuerdas con las que se guían en la oscuridad, las máscaras y botellas de aire comprimido son de uso obligado.