Mauritania deja al Puerto de Las Palmas sin el negocio del suministro de combustible a la flota pesquera que opera en su caladero. La medida afecta a los distintos intermediarios que compraban cerca de 200.000 toneladas al año de fuel y gasoil a las petroleras de La Luz para abastecer en alta mar. Los buques gastarán casi 18 millones por encima de los precios vigentes hasta ahora al verse obligados a comprar a una empresa mauritana, ya que el coste es muy superior al que se pide en el mercado libre.

Mauritania vuelve a traer de cabeza al Puerto. Hace unas semanas el problema venía por la posibilidad de que el nuevo tratado pesquero con la UE, que deberá entrar en vigor en verano del próximo año, obligue a que las capturas realizadas en sus aguas tuvieran obligatoriamente que descargarse en su país. En caso de aceptar sus condiciones, la flota pelágica y cefalopodera tendría que abandonar la capital grancanaria. Y, con ello, dejaría unas pérdidas de entre 40 y 50 millones de euros, poniendo en juego unos 2.700 puestos de trabajo. Hay que tener en cuenta que unas 40 empresas dependen directa e indirectamente de esta actividad.

El problema ahora es otro. El presidente de la Comisión de Puertos de la Cámara de Comercio de Gran Canaria, José Mayor, señala que el Gobierno mauritano comunicó hace unos días a todos los barcos de pesca que operan en sus aguas jurisdiccionales la obligación de comprar el combustible a una nueva sociedad estatal.

Hasta ahora, el suministro se realizaba en el mercado libre, aunque generalmente lo realizan cuatro barcos de distintas compañías, que se proveen de las distintas petroleras de La Luz, para distribuir luego en alta mar a los distintos pesqueros que así lo desean. Las empresas compran al año entre 180.000 y 200.000 toneladas de tres tipos de fuel y de gasoil marino en el Puerto, que se embarca para llevarlo a la zona de pesca.

Pero, además, Mayor recalca que esta obligación supone pagar casi 90 euros más cada tonelada, lo que supondría casi 18 millones de sobrecoste al año.