El secretario general de Cáritas Diocesana, que se encuentra estos días en Las Palmas de Gran Canaria con motivo del Día Europeo del Voluntariado, considera que un cambio en la filosofía es necesario para salir de esta crisis que, lejos de encontrar la luz al final del túnel, no deja de aumentar el número de atendidos a diario en las parroquias de Cáritas.

- ¿Cuál es la situación de Cáritas en Las Palmas?

- Canarias vive una situación más intensa que en el resto del estado. Mirando los datos de desempleo y los de riesgo de pobreza, Canarias aparece en segundo lugar. Además, dentro de las personas paradas, un 16% tienen a todos sus activos o familiares en paro y sin ingresos. En Cáritas Diocesana se está dando un importante incremento de personas atendidas porque hay mucha necesidad en las familias. Cuando una crisis afecta con tal intensidad y tan rápidamente el nivel de posibilidades de la gente para salir adelante cae estrepitosamente. Entonces el nivel asistencial se incrementa. Y si a esto le sumamos que el apoyo por parte de las instituciones públicas es cada vez menor, pues mayor número de personas que asisten a Cáritas.

- ¿Cuántas familias acuden a pedir ayuda?

- El pasado año Cáritas atendió a más de 11.000 personas, de las cuales el 84% tienen una familia a su cargo. Y este año, en el primer semestre, sólo contabilizando el 40% de las parroquias españolas, se han registrado 5.115 personas atendidas. Lo que quiere decir que llevamos el doble de personas atendidas en 2011 con respecto al año pasado. Además, el 70% de las personas atendidas vienen derivadas de los recursos públicos por falta de medios, capacidad o falta de efectividad.

-¿Cuál es el perfil actual de quien pide ayuda?

- No existe un perfil, atendemos a diario a una población muy variable. Pero sí es cierto que es fundamentalmente femenino, aunque cada vez se están acercando más los hombres. El 75 % son desempleados, con un perfil joven y con algún tipo de vulnerabilidad o fragilidad, bien familiar, por estudios, o por cuestiones de vivienda o enfermedad.

- ¿En qué han cambiado?

- Se está dando un fenómeno que ya se ha denominado como los 'pobres de clase media'. Son personas o familias que, cuando empezó la crisis tenían su trabajo, pagaban su hipoteca y de pronto queda uno en paro, se acaba el subsidio y queda la otra persona en paro. Entonces te das cuenta de cómo ha habido una erosión de las condiciones de vida de esas personas que hace dos años estaban en una situación de cierta libertad económica y han pasado a tener que pedir en los proyectos y servicios de Cáritas. Recuerdo a una pareja que me decía: "Hace unos años nunca habríamos imaginado que estaríamos pidiendo en Cáritas". Me gustaría remarcar que los pobres, los más excluidos, siguen existiendo, no han desaparecido. En Canarias el año pasado aumentó en un 33% el número de personas atendidas pero el 77% sigue siendo gente en riesgo o en exclusión social.

- ¿Cuáles son las principales demandas?

- Los datos recogidos muestran que lo que más se demanda en programas de atención primaria actualmente tiene que ver con la alimentación, la vivienda, el pago de suministros, vestimenta y todas esas cuestiones que condicionan la vida de una persona de una manera muy radical.

- El perfil del 'sin techo' está en continuo cambio, ¿qué características tiene ahora?

- Es cada vez más joven y femenino. Antes eran mayoritariamente hombres y ahora hay muchas mujeres. Además, las personas inmigrantes también han aumentado mucho en poco tiempo. Pero el cambio más característico es que antes el perfil estaba muy asociado a temas de adicción o exclusión severa. Ahora aparecen personas en la calle con un menor deterioro, e incluso cada vez aparecen más familias enteras que están en la calle y necesitan pedir para tirar adelante.

- ¿Ha hecho la crisis que mengüen los medios con los que cuenta Cáritas?

- En la organización hemos notado un acusado decrecimiento en la financiación pública pero al mismo tiempo se ha incrementado la financiación privada. En términos generales, en toda la Confederación Cáritas Española, el presupuesto de 2009 fue de 230 millones de euros y en 2010 fue de 247 millones, con lo cual fueron 17 millones más que llegaron del compromiso de personas privadas que quisieron colaborar de cualquier manera o dar un donativo. Aumentó la cifra, lo que es bueno, pero sólo en el sector privado y eso es muy difícil de mantener en el tiempo. Por eso siempre tenemos que hacer una llamada, tanto a las administraciones públicas como a todas aquellas personas que quieran colaborar, tanto desde el voluntariado, que también experimentó un aumento significativamente, como haciendo un donativo.