Tuvo un arrebato de celos, propinó al menos nueve puñaladas a su exmujer a traición y aumentó deliberadamente el sufrimiento de su víctima al esperar unos cuatro minutos a que se desangrara. "Estaba lúcido y en pleno uso de sus facultades mentales". Éste es el veredicto del Tribunal del Jurado que declaró anoche por unanimidad culpable a Francisco Romero Henríquez, acusado de asesinar y maltratar de forma habitual a su ex esposa, Maximina Rodríguez, a quien apuñaló el 15 de junio de 2009 en el aparcamiento del centro comercial Carrefour de Hoya de la Plata. El dictamen coincidió con la conmemoración del Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer.

En la última sesión del juicio en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas, el jurado popular consideró probado que el acusado padecía un trastorno depresivo, pero rechazó que como consecuencia de todos los padecimientos y la medicación que estaba tomando no supiera cómo se encontró con su ex esposa y sin saber cómo la apuñalara. Igualmente, rechazaron que la llamada de Francisco a la policía tras el crimen ayudara a su detención, puesto que los agentes ya lo estaban buscando.

El veredicto concluyó que Maximina no pudo defenderse de la agresión y el acusado aumentó "deliberada e inhumanamente su sufrimiento, con padecimientos que no eran necesarios para causarle la muerte". Se consideró probado que Francisco maltrataba habitualmente a su ex pareja, tanto física como psíquicamente, incluso después del divorcio en 2006 (tras 32 años de matrimonio) y hasta mayo de 2009.

Según el jurado, Francisco quedó con su ex esposa aquel fatídico día y la convenció para acudir al centro comercial. Su finalidad era matarla. La excusa que utilizó para persuadirla era entregarle unos documentos para arreglar los problemas de la falta de pago por el acusado de la pensión compensatoria fijada en la sentencia de divorcio. En un momento dado, en el que ella estaba de espaldas, él le asestó dos puñaladas en el costado y un corte en el cuello de izquierda a derecha con un cuchillo de cocina de 40 centímetros de hoja. Otras dos puñaladas alcanzaron el corazón, entre otras heridas. El acusado impidió el auxilio inmediato por parte de los testigos. El principal motivo para perpetrar el crimen fue un ataque de celos. El acusado escuchó el fallo impasible.