La ofrenda floral llevada a cabo el pasado 30 de noviembre en la Santa Iglesia Basílica Catedral, ante los restos de Fernando de León y Castillo, con motivo del 169 aniversario de su nacimiento, en acto organizado por el Cabildo de Gran Canaria y el Museo León y Castillo (Telde), es un motivo para recordar la gran obra del Puerto de La Luz, donde tuvieron en su gestación una destacada participación los hermanos León y Castillo, por una parte Juan, el ingeniero (1834-1912) y de la otra el político, Fernando. (1842-1918).

Ellos fueron los artífices principales de la bahía de refugio en La Luz, cuya primera piedra se colocó el 26 de febrero de 1883, ahora hace 128 años, poniendo de manifiesto el gran paso que supuso esta obra en todos los órdenes para el desarrollo de esta Isla, que estaba sumida casi en la miseria y que la hizo despertar para ser el motor económico del Archipiélago, en los siglos XIX y XX.

Una prueba de ello lo tenemos en el libro Mis Tiempos del político y embajador, Fernando de León y Castillo, que refiriéndose a la gestación del puerto de La Luz decía poco antes de fallecer: "En el lugar de la desierta rada de La Luz miro ahora un puerto de proporciones neoyorquinas, rodeado de astilleros, muelles y depósitos carboneros; junto a la playa solitaria, una población activa, amplia y cosmopolita....". Esta afirmación sigue siendo hoy día una espléndida realidad, que está a la vista de todos y que no es una realización cerrada, sino en constante expansión y crecimiento. La visión profética de los hermanos León y Castillo, sigue dando sus frutos a las nuevas generaciones.