- La negociación con los policías locales para recortarles sus pluses ha fracasado. ¿Cuál es su parte de culpa?

- Nosotros empezamos un proceso de negociación para buscar nuevas fórmulas para negociar los festivos, pero mientras estábamos hablando volvieron las manifestaciones, los pitos y los petardos, y con manifestaciones, pitos y petardos no se negocia. Pero ya ha habido nuevos contactos, estamos hablando y acercando posturas porque la raíz del problema es cómo compensar los festivos en los tiempos que estamos pasando.

- Ahora vienen los presupuestos municipales. ¿Cuánto se va a ahorrar el próximo año?

- No lo sé. Actualmente nos está costando la compensación de los festivos 1,5 millones de euros al año, y creo que la fórmula que estamos proponiendo es más entendible para los ciudadanos, más eficaz para el servicio y más justa para los propios agentes; y consiste, en vez de comprar los 15 días de vacaciones, buscar una compensación económica por festivo realmente trabajado.

- ¿La incorporación de 71 nuevos agentes el próximo año dará garantías de seguridad aunque los agentes no trabajen los festivos?

- Los festivos hay que trabajarlos sí o sí, lo que está discusión es cómo compensarlos. Nunca va a estar la ciudad sin seguridad un festivo, y si a eso se añaden los 71 nuevos agentes, supone un impulso nuevo para el cuerpo y para las funciones que tiene encomendada la Policía Local.

- ¿Cómo trabajarán la unidad del Menor, los GOIA, la Policía de Barrio o la Unidad Turística sin turnos de mañana y tarde para ahorrar?

- La especialización que ha vivido el cuerpo de policía durante la última década ha sido buena, y ha dado resultados, pero eso no puede afectar a las funciones de la Policía Local y no afecte a una organización común. Ese es un proceso que tenemos que abordar. Todas las unidades seguirán existiendo, y todas las funciones se van a seguir desempeñando y los agentes se tienen que sentir igual de importantes. Pero se tiene que recuperar el policía de antes, que la especialización no haga que se pierda la esencia. Ese policía que está en los puntos conflictivos de tráfico y que está pendiente de la doble fila. Volver a recuperar el patrullaje a pie, la cercanía, que la gente vuelva a conocer su nombre. Recuperar el policía de uniforme que patea las calles. Tenemos que reorganizarlo.

- La guagua afronta un año muy importante, con un incremento notable de tarifas y la necesidad de ganar viajeros. ¿Cómo lo hará?

- Los dos factores que más determinan el uso del transporte público por los ciudadanos son la frecuencia de paso y el tiempo de recorrido, lo que estoy en la parada y lo que tardo en llegar. El problema no es el precio, sino la antigüedad de la flota, con 9,5 años de media y sin que se haya hecho un esfuerzo en los últimos años por renovarla. En 2012 se va a acometer la primera gran inversión con 35 vehículos nuevos más los 20 del último año. En segundo lugar está la red de líneas con una estructura muy anticuada. Tenemos 43 líneas y recorremos 10,5 millones de kilómetros al año, y sin embargo no llegamos a cubrir todos los servicios que nos demandan. Tenemos que mejorar la frecuencia y acortar los recorridos. También el Ayuntamiento tiene que trabajar mucho en la priorización del transporte público.

- ¿Qué planes tiene de reestructuración de líneas?

- Tenemos una primera propuesta del Plan de Movilidad Urbana Sostenible, que trabaja con Guaguas, Global y la Autoridad Única, y que trata de adaptar la oferta a la demanda, que es algo que no existe actualmente. Guaguas llegó a transportar 46 millones al año y supongo que entonces se hicieron las cosas muy bien, porque ahora estamos en 29,5 millones. Queremos terminar en 2012 con la tendencia negativa y regresar a la barrera psicológica de los 30 millones. Y vamos a ofrecer 300.000 kilómetros más para reflejar el aumento de la frecuencia.

- Ahora viene la negociación del convenio con los guagüeros. Tras el conflicto de 1996 han ido recuperando parte del terreno que perdieron entonces, suavizando sus condiciones de trabajo. Por ejemplo, los conductores hacen menos turnos partidos que hace diez años y el taller no trabaja de noche. ¿Van ustedes a recortar derechos?

- No es nuestra intención, pero lógicamente dentro de lo que necesitamos hacer para recuperar viajeros toda la empresa debe trabajar y remar en la misma dirección. Los guagüeros saben muy bien el esfuerzo que estamos haciendo, con 19 millones de euros de fondos municipales para la compañía en 2012, y la percepción que tengo de ello, al menos por ahora, es que se suben al barco para remar en la misma dirección.

- Es muy frecuente, y así lo denuncian los trabajadores, que haya decenas de averías de guaguas. ¿Cuál es la causa y cómo lo piensa solucionar?

- Consecuencia lógica de la antigüedad que tiene la flota. Hemos hecho un esfuerzo grande para que salgan 171 servicios diarios, es decir, 171 conductores y otros tantos vehículos. El esfuerzo se ha centrado en cumplir lo que nosotros anunciamos en la oferta de servicios a los clientes. Una vez cubierta esa etapa buscamos reforzar servicios, aumentar frecuencias... El pasado viernes se adjudicó la adquisición de 12 vehículos nuevos por 2,7 millones de euros, y el incremento tarifario supone dos millones de ingresos nuevos para la compañía. Es decir, mejorar y mejorar nos hace entrar en desequilibrio. Por la venta de billetes, la empresa ingresará el año que viene 22 millones de euros, y sólo los costes salariales son cuatro millones más. El presupuesto global para el próximo ejercicio es de 46 millones, y por cifras de negocio sólo ingresamos 22 millones, por lo tanto, el resto son subvenciones públicas. Si no se actualizan las tarifas, habría que aportar muchas más subvenciones.

- Los bomberos se han negado a acudir al Puerto a hacer servicios porque la Autoridad Portuaria incumple el convenio con el Ayuntamiento. Explique cuál es el problema.

- El convenio consiste en que para prestar servicios de seguridad, el Puerto tiene que aportar algo. Está vencido y hay que renegociarlo. Vamos a pedir formación, medios materiales y que las condiciones de seguridad en las que entran nuestros bomberos dentro del Puerto sean las mejores posibles.

- Han hecho ustedes una gran apuesta por la bicicleta. ¿Qué perspectivas tienen de aquí al final del mandato?

- Es tan bajo el uso que tiene la bicicleta en la ciudad, que ni siquiera aparece en los porcentajes de uso de los medios de transportes. Queremos cambiar esa tendencia y que la bici tenga su hueco en la ciudad. No nos hemos vuelto locos; no se trata de que sustituya al coche, pero sí de que algunos desplazamientos cortos se puedan hacer en bici. Nuestro sistema del servicio público de la bicicleta tiene 9.000 usuarios, el doble que hace ocho meses, pero vamos a llegar a los 30.000 y de los 11 puntos de recogida y entrega de bicis pasaremos a 55, y de las 130 bicicletas municipales pasaremos a 500. Habrá un efecto palanca para que la gente saque su bici de casa.