Los afectados por el derrumbe, el miércoles pasado, del forjado de un techo en la calle Santa Luisa de Marillac por el peso de los bidones vuelven poco a poco a la normalidad, aunque algunos de los vecinos se quejaron ayer de que el Ayuntamiento no les informa de qué va a pasar con las obras y cuándo las van a terminar. Una de las familias del edificio que permanecía sin agua desde que se cortó el pasado jueves, optó por llamar a un fontanero para poder recibir el agua desde la calle, harta de que el Ayuntamiento no le solucionara el problema.

Otra de las cuestiones que preocupan a los vecinos es quién pagará las obras que ha venido realizando el Ayuntamiento para arreglar el forjado del techo que se vino abajo el miércoles por la noche, informó María Álamo Suárez, una de las vecinas del edificio situado en la calle Santa Luisa de Marillac, número 38. "No nos dicen nada y no sabemos si vamos a tener que pagar el coste de la obra o no. Los que vienen a hacer el arreglo nos dicen que los mandó el Ayuntamiento y que de momento lo paga todo", señaló María Álamo, quien añadió que los vecinos atribuyen el derrumbe a la obra de rehabilitación que hicieron en el año 2000, una actuación que muchos califican de "chapuza". "El techo se cayó por el peso de los bidones tan grandes que pusieron, que parecen piscinas. Nosotros no somos responsables de lo que ha pasado con el techo. Por eso han puesto los puntales", sostuvo Álamo, quien reconoció que las 17 familias son propietarias del edificio.

La teniente de alcalde y concejala de Urbanismo, María del Carmen Hernández Bento, indicó el viernes pasado que, de momento, el Ayuntamiento se hará cargo de la financiación de la obra de reparación de los desperfectos ocasionados por el derrumbe. "Al ser una comunidad de propietarios, le correspondería a los residentes financiar la obra, pero el Ayuntamiento va a hacer todo lo que pueda para que la carga sea la menor posible para ellos", explicó la dirigente municipal.

Bento señaló también que después de las fiestas navideñas, los técnicos municipales iniciarán un chequeo de las azoteas de las viejas casas municipales de Las Rehoyas, en las que viven unas 2.000 familias. En el caso del derrumbe de Santa Luisa de Marillac, los técnicos han concluido que se debió al sobrepeso de los bidones de agua, por lo que analizarán el resto de azoteas para evitar que pueda ocurrir lo mismo.