Unos 25 pesqueros rusos recalan de forma excepcional en el Muelle. La estancia de estos barcos deja cerca de casi dos millones de euros en la compra de pertrechos y la demanda de servicios, a lo que hay que sumar los numerosos trabajos en los astilleros durante el mes y medio que permanecen en la Isla por término medio.

El característico casco de colores azul y blanco les distingue del resto. La flota rusa está teniendo durante las últimas semanas una enorme presencia en el Puerto de Las Palmas, sobre todo en el muelle Reina Sofía. Aunque muchos operan con banderas de conveniencia, los operadores portuarios calculan que en estos momentos permanecen atracados cerca de 25 barcos de pesca procedentes de países de la antigua Unión Soviética.

Las navieras aprovechan esta época para realizar en La Luz una profunda puesta a punto antes de volver a faenar en alta mar y cambiar a sus tripulaciones, pero distintas consignatarias coinciden que su elevado número es un hecho "excepcional". Durante esta larga escala de mes y medio, las navieras se dedican reparar averías, revisar motores, cambiar los utensilios de pesca y repasar las deficiencias, recibiendo numerosos contenedores con repuestos de todos puntos del mundo. Además, existe una gran demanda para entrar en los astilleros para trabajos en más profundidad.

Y, al mismo tiempo, aprovechan para cambiar a los cerca de 80 marineros que tiene cada barco, y que cogen el avión para regresar a sus países, mientras llegan otros tantos antes de volver a salir del puerto.

El director de J. A. Arocha, Manuel Domínguez, reconoce que la presencia tan numerosa de estos barcos es un hecho poco habitual, que beneficia a diversas consignatarias que también están prestando servicio a los pesqueros, además de otras compañías especializadas y de servicios.

El sector estima que cada barco gasta durante su estancia unos 80.000 euros, lo que deja un montante aproximado de dos millones de euros, sin contar las reparaciones más profundas en los astilleros.

Estos pesqueros rusos faenan tradicionalmente en aguas de Mauritania y Marruecos y, en menor medida, en Senegal.