- ¿Es su candidatura al decanato del Colegio de Abogados de Las Palmas la que representa la juventud y la modernidad frente a la de Joaquín Espinosa, tras quince años como decano?

- Esa es un poco la alternativa, darle vivacidad al Colegio. Creo que se ha estancado en una época y solo buscamos darle vida social. El decano lleva quince años y me parece que en ese tiempo ha podido ejercer su proyecto. Creo que es preciso un cambio generacional, de ideas y de proyecto. Modernizarlo. Supongo que es lo mismo que él pensaba, cuando se presentó hace quince años.

- ¿Cuáles son sus planes de futuro para el Colegio?

- Resumirlo es un poco complicado, por eso hemos creado una página en Facebook y un blog que ha tenido cerca de dos mil entradas de personas que buscaban informarse de nuestro proyecto. Me llama la atención porque yo aún no he visto el programa del decano. No existe porque es continuista. Nosotros damos la alternativa al colegiado.

- ¿Qué puntos destacaría de su programa?

- Nosotros queremos resaltar la defensa del colegiado. Uno de sus aspectos esenciales es el turno de oficio, fundamental porque aquí no estamos hablando de los grandes despachos sino del abogado del día a día, del autónomo que sobrevive. Muchas veces el colegiado se ve solo frente a la Administración porque hemos sido abandonados. Somos los grandes perjudicados.

- ¿Cómo resisten los abogados en la actualidad?

- Muchas veces al ciudadano le llega la idea de que el abogado es en sí un privilegiado, de que es una persona con muchos recursos. En estos momentos, el abogado sufre la crisis igual que el ciudadano. Tenemos más litigiosidad, pero la pregunta es: ¿cuánto cobramos y cómo nos hemos visto perjudicados por la crisis? A lo mejor hay muchos colegiados a los que el turno de oficio les ayuda, por eso hay que preocuparse por él.

- ¿En qué otras medidas piensa para el próximo lustro?

- Otra cosa a remarcar es la limitación a dos mandatos de cualquier miembro de la Junta de Gobierno. Yo no voy a perpetuarme quince años en el decanato. Creo que es suficiente con diez años para llevar adelante un proyecto. Dentro de los estatutos hay muchas cosas que se deben modificar, como el sistema del voto por correo. Es crucial y nos ha llamado mucho la atención que no existan urnas en Fuerteventura, en San Bartolomé de Tirajana o en Telde. Hay que ir modernizando el Colegio de manera acorde a los tiempos actuales.

- Tengo entendido que pretende mejorar la formación de los abogados con otras iniciativas, ¿cuáles son?

- Sí, además de transparentar la gestión del Colegio, queremos que los colegiados puedan acceder a una bolsa de trabajo para dar clases. El aula de práctica jurídica tiene que convertirse en un mecanismo, no solo para enriquecer a los nuevos licenciados en Derecho, sino también para que los que quieran impartir clases en beneficio de sus compañeros lo hagan.

- Ha comentado la idea de defender al colegiado, ¿cree que se encuentra indefenso?

- Creo que muchas veces el colegiado se siente desamparado. No solamente por el hecho de que pueda tener problemas con sus clientes en su actividad diaria sino también por los que pueda tener en los juzgados o por situaciones económicas complicadas que sufra como no poder pagar las cuotas.

- ¿Qué necesidades cree que deben cubrirse dentro de la modernización del Colegio?

- Las redes sociales, como el Facebook; el funcionamiento de la página web del Colegio de Abogados. Me ha llamado la atención que no haya sido hasta hace unos días cuando aparecía en internet el tema de las elecciones. En el Colegio de Baleares, por ejemplo, las votaciones duran hasta las nueve de la noche mientras que aquí sólo son hasta las tres de la tarde. Eso ya me parece gravísimo, pero además allí también les dan la opción a los candidatos de colgar los programas en la web para que cualquiera pueda leerlos, algo que nunca han puesto aquí a nuestra disposición.

- ¿Piensa que se ha dado un ligero afán por ocultar las elecciones y los programas para que se mantenga la actual directiva?

- Claro. De hecho, los programas aquí ni se han nombrado. Yo he puesto el mío y no he visto ningún otro.

- ¿Cree que es posible compaginar su labor dentro de la abogacía diaria con la gestión del decanato?

- Perfectamente. Ahí está uno de los problemas que siempre ha tenido este Colegio, uno que no se da en el resto de colegios profesionales de la Isla ni del Archipiélago. La figura del decano debe ser la de alguien que se dedica profesionalmente a la actividad. Yo no voy a dejar mi despacho y no entiendo que uno tenga que dejar su actividad para dedicarse al Colegio. Si es así, se genera un problema. Si eres presidente de un colegio profesional y no ejerces la actividad, ¿cómo vas a defender los intereses de ese colectivo? Yo estoy todos los días en los juzgados y sé cuáles son los problemas diarios que se le generan al colectivo.