En un mundo al revés en el que la gente no tiene trabajo y falta hasta el comer, existe un rincón en Torres, 10, en donde todo es posible. Allí se puede viajar, por sólo dos euros o un juguete, kilómetros en segundos y llegar a lugares en donde siempre es Navidad y los niños son felices entre luces, chocolate y algodones de azúcar. Ayer, la ilusión se propagó por la calle mayor de Triana y en cada esquina sonaban villancicos y se palpaba la felicidad.

La antesala a un magnífico viaje vino de la mano del coro Silva Pueris, Educar en Valores, de Santa Lucía de Tirajana, quienes deleitaron al público con varios villancicos inéditos de Blas Sánchez, preludio de lo que se avecinaba. Un pasacalle infantil con personajes muy variados procedentes del mar, el bosque y hasta de la ciudad americana de Springfield, guiaron a los presentes hasta la misma entrada de la Casa de Navidad.

En su interior, un mundo lleno de sueños y color. Los ojos de los pequeños se iluminaban más y más a cada paso que daban junto a Noelio, un elfo pariente lejano de Papá Noel. Noelio condujo a los pequeños a través de un pasadizo secreto hasta la casita de chocolate, construida entera a base de bizcocho, nata y chocolate. Kilos de chocolate. Tras descubrir la fábrica de juguetes, Noelio pidió a todos los niños que se pusieran el abrigo porque en pocos segundos llegarían al Polo Norte, donde no paraba de nevar y los únicos que estaban a gusto eran los pingüinos. Tras una breve visita al pueblo de los elfos en el que rodearon el árbol y gritaron tres veces "que viva la Navidad" para conseguir encenderlo, aterrizaron en el lejano Oriente. Antes de volver al frío pavimento Noelio recordó que "puede que lo que tú ya no quieras o no utilices a otro niño haga muy feliz".

No muy lejos de Torres, 10, bajo unas inmensas cascadas de luces, un grupo de niños del coro de voces blancas Atlantic School, Guaydil y Garoé cantaron villancicos en inglés. Poco después el alcalde de la ciudad, Juan José Cardona, inauguró el belén más antiguo de la isla en San Telmo. Un perímetro de 40 metros con más de 1.000 figuras en paisajes de Belén y Nazaret.

La solidaridad se extiende por todas partes y para que no quede un rincón sin alegría, el Club de Leones se ha sumado a la recogida de alimentos y junto con los Hiperdino recogerán hasta el próximo viernes alimentos no perecederos y navideños.