La asociación comercial Siete palmas celebró ayer su décimo aniversario con una gran fiesta en el barrio que atrajo a numerosos vecinos a las actividades que se hicieron en la calle, principalmente en las ramblas de la avenida Felo Monzón. Lejos quedan aquellos miedos de finales del siglo XX de empresarios y nuevos vecinos a instalarse a en un barrio recién creado, en el extrarradio y con apenas infraestructuras. Ahora, convertido en núcleo comercial a medio camino entre Ciudad Alta y Tamaraceite, Siete Palmas busca la forma de reinventarse y seguir manteniendo el tirón en una época en la que flaquea el consumo. "Cuando yo compré el local, en 1997, sólo había cinco edificios construidos; de hecho, mi local fue el tercero que abrió en la zona", explicaba ayer el presidente de la asociación comercial, Ignacio Guerra. "El Estadio y los dos centros comerciales no existían, sólo eran hoyos en un solar. Recuerdo, incluso, que algún proveedor me decía '¿tú estás loco? ¿Te vas a ir para allá arriba?'. En aquella época ir al cementerio era como ir a una excursión", añade.

Los pioneros del bazar Alba, el primer comercio del barrio, hace tiempo que se jubilaron y echaron el cierre, pero tras aquellos comienzos poco halagüeños, la zona ha confirmado su lugar como zona comercial, algo a lo que contribuyó poderosamente la implantación de dos grandes superficies como El Corte Inglés y Centro Comercial y de Ocio Siete Palmas. Antes de que eso ocurriera, en 2001, los 150 empresarios que ya había instalado en el barrio decidieron asociarse y convertir un batiburrillo de tiendas en una zona comercial abierta. "Ha sido un trabajo duro pero provechoso", cuenta Guerra, "lo más importante en estos diez años es que hemos logrado crear una marca comercial: la marca Bulevar Siete Palmas que es lo que promocionamos ahora mismo".

Aunque en el barrio llegó a haber casi 270 comercios en los años de esplendor, Guerra reconoce que la crisis ha hecho mella en el sector y que ha habido numerosos cierres. "Es verdad que siguen abriendo locales pero cierran más de los que abren, ahora mismo quedamos 240 comercios abiertos".

El presidente de la zona comercial afirma que el empresariado del barrio ha tenido que aguantar reveses como que las dos grandes superficies se concentrasen en un solo extremo de las ramblas, convirtiéndose en un único polo de atracción, o la falta de un proyecto ambicioso para el entorno del Estadio, lleno de solares y calles sin asfaltar. La falta de aparcamientos y el carril guagua de Felo Monzón - que impide aparcar a posibles clientes - son otras "rémoras" que los comerciantes achacan a la "desidia" de sucesivos gobiernos municipales desde finales de los 90 hasta ahora.

Sin embargo, Guerra reconoce que en los últimos meses se están haciendo cosas por la mejora del barrio como podas de árboles y más pasos de peatones, por lo que el futuro es esperanzador.

Algo de lo que están muy orgullosos los comerciantes de Siete Palmas, y Guerra particularmente, es de la Feria de Navidad. "Ha sido un trabajo arduo y ahora es un éxito. Esta es la tercera edición, esperamos repetir el éxito del año pasado cuando atrajo a 150.000 personas con un volumen de negocio de 800.000 euros. Sólo en gasoil para los motores de las atracciones se gastaron 70.000 euros", explica Guerra, "Todo eso redunda también en compras en la zona y nos beneficiamos todos".