Prefiero utilizar la fórmula de carta abierta que cualquier otra fórmula sutil de contestar a la entrevista que publicó ayer este periódico en la que, como presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, abordas las cuestiones que comentaré una a una y a las que jamás me imaginaría que debiera hacer cuestión, salvo que se pretenda poner de manifiesto limitaciones de uno mismo, echando la culpa a los demás. Creo que en la fantástica película Los otros el personaje es ahora perfectamente reconocible.

Programas de Ayuda Humanitaria: Se trata de una serie de proyectos muy complejos, en los que hay que estar a la altura, en relación con lo cual lo primero que hiciste fue desmantelar el departamento que lo llevaba, despedir a su responsable, y después? lamentarte de las dificultades que tiene.

Combustible: Me alegro de que no plantees perjuicios a los concesionarios, que habían tardado más de diez años en obtener la concesión y a los que has sometido a la más completa de las incertidumbres. De hecho, otros peticionarios, que habían iniciado expedientes, están pensando en abandonar los proyectos.

Estación Interinsular de viajeros: Mi consejo es que el proyecto lo valide el Organismo Oficial de Laboratorio de Puertos. Mi sorpresa fue mayúscula cuando el proyecto no había pasado por ese filtro y las conclusiones eran aplastantes. Lo cierto es que tendrías que hacer un sencillo análisis de coste-beneficio de la inversión que vas a plantear.

Esto se conecta con las obras, sobre todo ahora que has desmantelado el sistema de control y dirección, que ha funcionado fenomenalmente bien estos cuatro años. Creo que los proyectos han de ser competitivos, y no diseñarlos para que se presenten pocas empresas, las de siempre, sino para que se obtengan los mejores resultados para la gestión publica.

Garantías de aplazamientos: Evidentemente, el otorgamiento de un aplazamiento con garantía de una hipoteca mobiliaria no supone que la deuda se extinga, ni que se perjudiquen los derechos de la Autoridad Portuaria, salvo que la inacción posterior conduzca a ese resultado. Si la garantía, que tenía una tasación independiente, ha devenido insuficiente, se exige el complemento de la misma. Creo que todos los que lamentablemente han perdido sus viviendas recientemente conocen el procedimiento.

Sestiba-Sagep: Es con mucho el mayor problema de todos los que el Puerto tiene y no por las demandas. El problema es muy sencillo. La sociedad tiene más gastos que ingresos, y mientras que eso no se equilibre, persistirá el problema. Y lo malo es que creo que todos los actores tienen la culpa y además tienen su parte de razón.

Las empresas estibadoras: Tienen razón en el sentido de que si se les niega la posibilidad de exigir las cuotas, no tienen los recursos para aportarlos. No tienen razón cuando de su gestión depende de hecho el funcionamiento de la sociedad, aprueban las dietas de asistencia, los gastos corrientes, los convenios con los estibadores, etcétera. Y más ahora que son totalmente privados.

Los estibadores: Su responsabilidad llega hasta el punto exacto de ser los trabajadores de la empresa. Sus derechos los han peleado y sus obligaciones, hay que exigirlas. Creo que han de hacer de nuevo un esfuerzo para la negociación, pero también es verdad que esa negociación hay que liderarla. Ante la grave situación económica en que se encuentran algunas de las empresas estibadoras, probablemente tengan que adoptarse soluciones previstas en la legislación y que hasta ahora han sido inéditas en el Puerto.

Autoridad Portuaria: Tiene que liderar en este momento el proceso. No cabe dar mensajes equívocos de ayudas económicas que sabes de sobra que no son ni legales ni justas. Desde luego, con el dinero público no se pueden subvencionar déficit privados. Dicho esto, lo que corresponde es liderar soluciones que pasan por una nueva negociación, elaborando propuestas de futuro que dependan de ti, no de Puertos del Estado, ni de la Comunidad Autónoma, ni del Ayuntamiento, ni de nadie más.

Todas estas cuestiones, intenté explicártelas en su momento. La verdad es que no me hiciste ni caso. No te lo reprocho, pero sí lo hago del salto atrás que se ha dado en dos meses, como si lo cuatro años anteriores no hubieran existido. Ya me lo imaginaba. Me ha llamado la atención tu lamento, insólito, de que no estaban cerrados todos los temas ¿Pretendías que eso fuera así? Yo le digo a mis hijos que la vida es más compleja de lo que sale en televisión, y que depende exclusivamente de nosotros mismos progresar.

Por lo demás te deseo unas Felices Navidades.