- ¿Cómo se está desarrollando la campaña de solidaridad?

- Está siendo un año muy duro, con mucho dolor. Quizá el año más duro de la historia de este proyecto de la Casa de Galicia. El almacén que tenemos tiene un acceso inhumano, y entrar y salir una vez no cuesta, pero cuando hay que hacerlo 20 veces en una hora el cuerpo se muele. Nos hemos quedado sin luz varias veces. Además hace unos días tuvimos una fuga de aguas sucias y por pocos centímetros, gracias a los pales, no perdimos las toneladas de alimentos que allí guardamos. Lloré pensando que lo perdíamos todo. Nuestros voluntarios tuvieron que improvisar antes de que llegaran los servicios y a uno de ellos, manipulando unos líquidos muy fuertes, le saltó una gota al ojo y tuvo que ir a la clínica. Hay días que son un auténtico caos. Nos viene bien tener este almacén por la proximidad, pero si no es por el factor humano, el trabajo de los voluntarios, que hacen colas de hasta 30 personas para cargar y descargar camiones, no sería posible ni de lejos.

- ¿Cuántas personas colaboran con la Casa de Galicia?

- La colaboración se necesita todo el año y en otras fechas hay pocas personas, pero en Navidad es cuando aumenta el número de voluntarios. Estos días rondamos las 50 o 70 personas. Pero la semana que viene puede que lleguemos hasta las 150 personas como ha pasado en otras ocasiones.

- ¿Qué cantidades mueven en cuanto a peticiones, comida y juguetes?

- Sobre todo en estas fechas, porque en otras épocas del año también recibimos y recogemos alimentos, ya que la necesidad no sólo se manifiesta en Navidad, movemos alrededor de 200.000 toneladas de alimentos. Y en cuanto a peticiones, este año nos estamos aproximando a las 70.000 personas, mientras que el año pasado llegamos a las 64.000 en la provincia.

- ¿Qué tipo de personas colaboran en la campaña?

- Hay de todo, no existe un perfil que destaque concretamente sobre los demás. Pero, por ejemplo, en el caso de juguetes predomina la gente mayor y en los alimentos son los jóvenes. Y es que la comida se almacena en cajas de 25 o 30 kilos y los jóvenes soportan mejor el peso. La mayoría de los voluntarios son personas algo necesitadas, el 20% son gente sin problemas económicos pero el resto sí necesita ayuda. Están sin trabajo, sin ingresos, y aquí colaboran, comemos todos juntos y, llegado el momento, reciben una caja de alimentos. Incluso si tienen hijos se llevan juguetes para los niños.

- ¿Ha cambiado el perfil de los solicitantes?

- Uno de los perfiles que destaca, precisamente porque es muy agudo, son las parejas muy jóvenes, incluso menores, en el paro, sin ningún tipo de ingresos y con varios hijos. Ese perfil está despertando con fuerza y sorprende que parece que les falta vigor para luchar. Existe una naturalidad para soportar esas circunstancias tan dramáticas que me abruma. Y otro perfil que se está extendiendo es el de las personas mayores jubiladas que tienen a su cargo, bajo su techo, a sus hijos, las parejas de sus hijos y sus nietos. Todos sin trabajo y viviendo de la pensión.

- ¿Cuál ha sido la corporación que más se ha involucrado en todos los años que lleva usted presidiendo la asociación?

- Llevo 26 años en el cargo. Y el único caso de alcalde que me ha dicho estar a mi disposición para cualquier cosa que necesitase fue Juan Rodríguez Doreste. Y de hecho le tomé la palabra y más de una vez cumplió su promesa. Pero hubo otros gestos de otros alcaldes, como por ejemplo José Manuel Soria, que me llamaba por teléfono varias veces durante la campaña para preocuparse de cómo iba todo. Incluso venía a vernos, aun cuando las cosas estaban revueltas políticamente hablando. Son gestos que no llevan material pero animan y dan apoyo a proyectos altruistas como estos. Y el último es Juan José Cardona. Ningún alcalde había venido a conocer desde dentro todo el trabajo que se hace, con juguetes, con alimentos o con la vestimenta de la cabalgata de Reyes.

- Usted es el alma de este proyecto y algún día se retirará, ¿sabe quién le va a suceder?

- (Risas) Bueno, es complicado. Tienen que intervenir varios factores como el ser una persona muy solidaria o disponer de mucho tiempo. Es necesario tener una familia estable y concienciada también. Hay que estar dispuesto a dedicar y currar duro muchas horas y días festivos. Yo no tengo prisa por pensar en un sucesor.