Esto de vivir en unas islas afortunadas no será por la cesta de la compra, que está considerada una de las más caras del país, según reiteradas encuestas. Pero lo que nos cambia la cara son los trucos que se gastan los intermediarios del transporte para hacer sus grandes negocios a costa de los consumidores que vivimos en este Archipiélago.

La casualidad ha hecho que estos días navideños nos hayamos tropezado con uno de estos suculentos trucos que pone de manifiesto la pasividad de un pueblo sufrido como el nuestro, para mostrar los negocios de las grandes superficies a costa del transporte marítimo. En este sentido, la página web de unos grandes almacenes mostraba una suculenta oferta de jamones serranos de bellota para el territorio peninsular al precio de 169,00 euros por pieza. Lógicamente indagamos si la citada oferta se extendía a estas Islas y pudimos comprobar que también aquí llegaba la misma marca y calidad, pero con un sobrecoste de 30 euros más. Y eso que aquí pagamos el IGIC, mucho más bajo que el IVA de la Península. Se nos trató de explicar que el transporte era la consecuencia de su encarecimiento.

Nuestra indignación ante la citada respuesta no tenía límites, sobre todo porque la incidencia del coste de enviar un jamón serrano desde Salamanca (almacén de origen) hasta Canarias (almacén de destino) en un servicio puerta a puerta a bordo de un contenedor de 20 toneladas con un coste estimado en 1.200 euros sale aproximadamente a 1 euro por cada jamón de unos 8 kilos. O sea el beneficio extra es de ¡29 euros por pieza!, al margen del coste real en el transporte. Y así podríamos poner más ejemplos sobre la sufrida cesta de la compra con el juego malabar de las subvenciones al flete. ¡Vivan los intermediarios! Y los demás, a poner cara de tonto.