Media docena de accidentes de tráfico de carácter leve, varias peleas, algún que otro incendio en contenedores y papeleras, y muchísima basura fue lo que dejaron las celebraciones de Nochevieja en las calles de Las Palmas de Gran Canaria. La policía, que entre agentes nacionales y locales distribuyó a un centenar de efectivos por toda la ciudad, no necesitó emplearse a fondo en una jornada más o menos tranquila y, quizá, con menos gente de lo habitual a tenor del aspecto de algunas de las churrerías más tradicionales de la capital cuando ya despuntaba el alba.

De entre los accidentes de tráfico hay que destacar una colisión en la Avenida Marítima poco después de las diez y media de la noche del sábado que hizo necesario abrir diligencias al conductor por un delito contra la seguridad vial por alcoholemia. Además, en la calle Pantoja, la Policía Nacional retuvo a un hombre tras colisionar con varios vehículos, mientras que a la altura de del Real Club Náutico se produjo un accidente con atropello que afectó a un menor. Igualmente, en la calle Córdoba, sobre las 3.15 horas, otro niño resultó con lesiones en la pierna y la cadera. Por último, antes de la medianoche, un choque en la urbanización Divina Pastora provocó lesiones leves a un conductor.

Al margen de atajar un intento de hurto en el barrio de La Suerte, en Tamaraceite, la policía también realizó dos detenciones por robo con violencia, por la sustracción de una cartera con 20 euros, en la calle Arístides Briand; e intervino en cuatro reyertas en distintos puntos de la ciudad.

Los bomberos

En cuanto al cuerpo de bomberos, las actuaciones de más relevancia tuvieron lugar por atentados contra el mobiliario urbano que ardieron y cuyo fuego tuvieron que sofocar. Ocurrió, por ejemplo, en una papelera de la confluencia de Triana con Losero, a las 21.47 horas de la Nochevieja, y con contenedores en la esquina de Murga con Perojo, a las 2.49 horas del día de Año Nuevo. También junto a la gasolinera de Tamaraceite, donde ardían varios kilos de residuos poco después de las once de la noche del día 31.

Pero los bomberos también tuvieron que sofocar pequeños incendios de rastrojos: en el barranco en Lomo Apolinario, en la salida del túnel Julio Luengo, una palmera en la calle Severo Ochoa, en la calle El Cotillo de El Zardo, y en el campo de fútbol que está en la calle Gustavo Navarro Nieto. Asimismo, los agentes tuvieron que intervenir en algunos domicilios privados por fuegos sin importancia.

Limpieza

El Ayuntamiento pudo respirar tranquilo apenas dos días antes de la Nochevieja al desconvocarse la huelga de limpieza viaria convocada por los trabajadores de la contrata FCC, que cubren la mitad de los servicios públicos de la ciudad, pero aún así hubo muchísimo trabajo que hacer desde las primeras horas de la mañana. Así, según datos de la corporación, se recogieron 10.320 kilos de basura, unos 2.000 más que el año pasado, y se emplearon 184.000 litros de agua, por los 126.000 litros de 2011.

El servicio especial de limpieza se inició a las cuatro de la mañana y culminó hacia la una de la tarde. En la terminal de guaguas del teatro Pérez Galdós se realizó una actuación conjunta entre la Policía Local, los trabajadores municipales y el personal de FCC y su maquinaria. También hubo servicios específicos en Vegueta, Santa Catalina, Triana, los exteriores de los lugares autorizados para la celebración de fiestas de fin de año y las vías principales de la ciudad.

En total, en las labores de limpieza por las calles de la capital intervinieron seis policías locales, 34 empleados del servicio municipal, 23 de FCC, tres camiones brigada, un camión recolector, seis sopladoras, seis baldeadoras y cinco barredoras.

En general, la sensación fue de una Nochevieja sin grandes sobresaltos, y puede que con menos gente de la habitual. Pero eso no fue motivo para que a primera hora de la mañana los aledaños de la playa de Las Canteras, el parque Santa Catalina, la calle Triana y Vegueta, reinase aún un ambiente que mezclaba resaca y euforia, que en el caso de los más atrevidos prolongó la fiesta hasta bien entrada la mañana del domingo.