Esta vez no hubo análisis de sangre, ni curas, ni molestos chequeos. Ayer fue un día especial en el hospital Materno Infantil con la llegada de los tres Reyes Magos de Oriente, una visita que sirvió para levantar sonrisas y, sobre todo, la ilusión de varias decenas de niños ingresados durante unas fiestas tan señaladas.

Y no llegaron con las manos vacías. Los Magos de Oriente repartieron caramelos y un montón de regalos entre los pacientes más menudos ingresados en las plantas pediátricas del hospital y acompañados de sus padres y familiares más cercanos. Los más chicos miraban con incredulidad a aquellos barbudos que les preguntaban si habían sido buenos, mientras que los más talluditos flipaban con un regalo que no esperaban recibir en el recinto hospitalario.

Melchor, Gaspar y Baltasar recorrieron varias plantas del Materno e incluso se acercaron a la incubadora de los más pequeños para desearles felicidad y suerte a los padres y a sus retoños, algunos nacidos horas antes mientras ellos recorrían la ciudad en camello repartiendo regalos en los hogares.

Además de regalar alegrías a los más pequeños del Materno, los Reyes Magos también se acordaron de los abuelitos y una amplia comitiva recorrió ayer durante toda la mañana y parte de la tarde asilos, residencias de mayores y centros sociosanitarios para llevar regalos a los mayores que fueron buenos el año pasado.

Partiendo desde la Casa de Galicia, su hogar accidental durante su breve estancia en la Isla, los Reyes Magos visitaron ayer el Centro Sociosanitario El Pino, la residencia San José Artesano de Lomo Blanco, el centro Matilde Téllez de El Fondillo, el CAMP de El Lasso, a las Hijas de la Caridad de Vegueta además de los clubs Metropole y Victoria.