El 26 de febrero de 1883 recibió la primera piedra el muelle Santa Catalina, perpendicular al dique de abrigo o rompeolas dentro del proyecto original del llamado Puerto del Refugio de La Luz. Con una longitud de 600 metros se dispuso con una anchura suficiente para facilitar el paso de carros y personas. La obra se entregó el 11 de agosto de 1902. Santa Catalina se convirtió durante más de 30 años en base del Puerto de Las Palmas, siendo todavía uno de sus principales muelles y, sobre todo, el más longevo.

El muelle fue testigo de los primeros cruceros turísticos entre Inglaterra y Canarias. Los vapores de la Castle o de la Yeoward Line, con capacidad para 80 pasajeros, fueron bien conocidos en la ruta regular entre Liverpool y las Islas Canarias, con escala en Lisboa y Madeira. Una ruta parecida a la que realizan los actuales cruceros con base en el Archipiélago con un pasaje de más de 2.000 viajeros y que en algunos buques asciende a 4.000.

La llegada de turistas en la primera mitad del siglo XIX tenía un gran impacto en la sociedad y la cultura de la capital grancanaria. La canción de folclore canario El Tartanero hizo popular la frase "hoy lunes llega el Castle y mañana martes el Yeoward". A partir de 1935, La Luz se convierte en escala regular de los grandes trasatlánticos y cruceros turísticos. Fue la época de los famosos barcos de las tres chimeneas.

Tres la Segunda Guerra Mundial y sus posteriores efectos, el crucero turístico vuelve a gozar de gran popularidad. A partir de 1993 la Autoridad Portuaria inicia la recuperación de este mercado y en 2010, la principal feria del mundo de cruceros, le otorga el premio del mejor puerto por su entorno.