El presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos del Taxi (ATAT), José Luzardo, declinó ayer cualquier responsabilidad en el referéndum que el pasado martes decidió rechazar el día de libranza y la uniformidad en el sector. "No hay ningún motivo para dimitir, simplemente propusimos una consulta democrática entre los compañeros y lo que se votó se va a respetar, no hay más".

Luzardo preside la patronal del taxi que promovió la consulta popular junto al Ayuntamiento y a las dos cooperativas del taxi de la ciudad. "El referéndum nació por la necesidad de consultar al sector cuál sería la mejor solución para los tiempos de crisis que venimos sufriendo, queríamos consultar por el día libre, algo que en los taxis de la Península viene funcionando desde hace 20 y 30 años", explicó, "nunca, ni desde la ATAT ni desde el Ayuntamiento ni las cooperativas dijimos lo que había que votar. Entonces, ¿por qué voy a dimitir yo? Si dimito yo deberían también hacerlo el concejal y los presidentes de las cooperativas; eso es un disparate. Aquí no hay ni vencedores ni vencidos".

Para Luzardo, los taxistas que piden públicamente su cabeza son las "viejas glorias" que, a su juicio, no hicieron nada por el sector cuándo llevaban las riendas. "Los que me quieren ver fuera son las viejas glorias que hace muchos años nos pidieron que no pagáramos a Hacienda los módulos [impuesto de los trabajadores autónomos] cuando ellos ya los habían pagado, metiéndonos en un problema a los demás; esos, los que no hicieron nada por mejorar el taxi cuando mandaban son los que ahora piden mi dimisión", afirmó Luzardo en clara alusión a Juan Míchel Cabrera, expresidente de la ATAT y que el martes llevó un notario al colegio electoral para demostrar supuestas irregularidades.