Las terrazas de la capital grancanaria tendrán que homogeneizar los colores de sus sombrillas y sillas, dentro de una gama autorizada por el Ayuntamiento, según establece la nueva ordenanza reguladora de la ocupación de la vía pública, que ayer fue aprobada de manera provisional por la comisión de pleno de Hacienda.

Las 369 terrazas que hay autorizadas en la ciudad tendrán colores y condiciones distintos según las zonas en las que estén ubicadas, según informó ayer el director de Presidencia y Seguridad, Claudio Rivero. Los materiales no podrán tener publicidad y las sillas de plástico se prohíben y tendrán que ser de materiales de calidad, sin concretar, al igual que las mesas y las sombrillas. También se prohíbe la mantelería de plástico o papel

Así, las terrazas ubicadas en los paseos de Las Canteras y de San Cristóbal y las que se ubiquen en un futuro en Alcaravaneras y La Laja, tendrán sombrillas de tela de lona en tonos blanco, crema, azul, verde o burdeos, mientras que en Mesa y López serán de tonos burdeos.

La nueva ordenanza, que sale ahora a exposición pública, agiliza la tramitación de los permisos, que ahora tardan más de seis meses, ya que se reduce la documentación exigida.

Otra novedad de la nueva ordenanza, en la que se agrupan las diferentes normativas que regulaban antes esta cuestión, es que elimina el número máximo de mesas y sillas. Los propietarios de los establecimientos podrán poner la cantidad de mobiliario que quieran dentro del espacio autorizado.

La regulación de la ordenanza en cuanto a instalaciones y estética incluye también a las terrazas ubicadas en zonas privadas, que son visibles desde el exterior.

Reparto

En aquellas zonas saturadas de terrazas, las ya existentes deberán dejar hueco a los nuevos negocios para que "todos tengan oportunidad de hacer este tipo de uso", según explicó Rivero, quien añadió que responsables del gobierno municipal han mantenido reuniones con empresarios de restauración de las zonas Puerto-Canteras y Triana-Vegueta, donde están ubicadas la mayoría de estos establecimientos, para "intentar llegar a un equilibrio" entre las propuestas de unos y otros, "a través del establecimiento de una gama de colores más o menos amplio, con criterios homogéneos".

La ordenanza contempla sanciones que van desde los 750 a los 3.000 euros para las infracciones muy graves y fue aprobada con los votos del Partido Popular y la abstención del Partido Socialista, y de Compromiso en representación del grupo Mixto.