El principal imputado en el caso Kárate, Fernando Torres Baena, continuó este jueves con su declaración por los presuntos abusos sexuales cometidos sobre menores en su gimnasio.

Torres Baena guardó silencio ante las preguntas de las dos acusaciones particulares de la asociación de víctimas y afectados del Caso Kárate, llevadas a cabo por los abogados Jose María Palomino y Pedro Padylla.

El acusado, sin embargo, rompió su silencio en el inicio de las preguntas de la defensa. Fue ante el abogado Sergio Armario, que representa a la procesada Ivonne González Herrera, cuando el acusado recuperó el habla. A él le explicó que algunas de las presuntas víctimas que le han acusado y que están incluidas en el procedimiento continuaron acudiendo al chalé de Playa de Vargas, donde presuntamente se celebraban los encuentros sexuales cuando ya eran mayores de edad y con pleno consentimiento.

Estas personas, según las declaraciones de Torres Baena, también practicaron relaciones con menores de edad, por lo que el imputado criticó que el abogado José María Palomino los defendiese en este procedimiento.

Prácticas sexuales

José María Palomino preguntó a Torres Baena sobre las diversas prácticas sexuales que presuntamente el acusado había mantenido con sus alumnos o aquellas que los deportistas supuestamente fueron incitados a practicar entre ellos.

En este sentido las referencias a relaciones sexuales con penetración anal y vaginal, felaciones, orgía, tríos, zoofilias y otra clase de relaciones sexuales fueron abundantes ante un Torres Baena que se mantuvo impertérrito. El juicio continúa durante la mañana de este jueves con las preguntas del abogado de la defensa, Ángel Luis Calonge Ramirez, y la declaración de Torres Baena terminará definitivamente este mediodía.

Moya: "Cállese, si quiere contesta, si no, no contesta"

El primer momento tenso del juicio de Fernando Torres Baena tuvo lugar este miércoles al comienzo de la sesión cuando el presidente de la sección sexta de la Audiencia provincial de Las Palmas le gritó al acusado "Callese si quiere contesta, si no, no contesta", cuando éste intentaba explicarle al tribunal que no quería responder a ninguna de las preguntas. Moya entendió que la acusación particular tenía todo el derecho a realizar las preguntas al acusado pese a que el no fuera a responderlas.