Más de un centenar de civiles juraron ayer lealtad a la bandera española en un acto castrense celebrado en la plaza de Santa Ana, un evento que forma parte del programa de actos del Día de las Fuerzas Armadas y con el que el Ejército quiere acercar la milicia a la ciudadanía canaria y apelar a su patriotismo.

Entre los 125 jurandos de ayer se encontraban representantes políticos tan destacados como la delegada del Gobierno de España en Canarias, María del Carmen Hernández Bento, y los senadores por Gran Canaria Borja Benítez de Lugo (PP) y Arcadio Díaz Tejera (PSOE). También hizo ostentación de su patriotismo el alcalde de Ingenio, Juan José Gil (PP), el exconcejal Mario Romero Mur y el exconsejero también popular Joaquín Jorge Blanco. Además estuvo presente en el acto el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Cardona, que prometió jurar bandera el próximo año, y la senadora del PP y exalcaldesa, Pepa Luzardo, que ya juró bandera años atrás y ayer se quedó entre el público.

Tampoco faltaron a este evento de enaltecimiento rojigualda destacados representantes empresariales, entre ellos el presidente de la Cámara de Comercio de Las Palmas, José Sánchez Tinoco, y el expresidente del Círculo de Empresarios, Agustín Manrique de Lara, además del cronista oficial de Gran Canaria, Juan José Laforet. Destacó también la presencia de la cantante Mary Sánchez, madrina de la bandera del Regimiento de Artillería 94. El jefe superior del Cuerpo Nacional de Policía en Las Palmas, Valentín Solano, y numerosos uniformados más ocupaban la tribuna de invitados, a la que no acudió ningún representante de ninguno de los partidos nacionalistas canarios.

Despliegue

Una hora antes del comienzo oficial de la jura de bandera ya se vivía una especial efervescencia entre el despliegue de militares y policías nacionales que intentaban poner orden en un rebumbio de curiosos de la tierra y numerosos extranjeros que se habían desplazado hasta Vegueta a conocer la Catedral y se encontraron con la marea caqui. Los guiris, confianzudos, se aprovecharon del buen humor de algunos de los soldados que no dudaron en posar con ellos para sacarse una instantánea, sobre todo aquellos que iban vestidos con traje de época.

Veinte minutos antes del mediodía una compañía con tres secciones del Ejército de Tierra se desplegó en formación sobre la plaza de Santa Ana a la espera de la llegada del general jefe de la Brigada de Infantería Ligera Canarias 50 y comandante militar de la provincia, el general Alfonso García-Vaquero Pradal. Antes que al general se dio paso a la entrada solemne de las dos banderas españolas que iban a ser juradas ayer, la del Regimiento de Artillería Antiaérea 94 y la del Regimiento de Infantería Ligera Canarias 50, a los acordes del himno de España que fue escuchado respetuosamente. Entre los más de 200 curiosos apostados tras las vallas con la enseña rojigualda algunos niños ondeaban banderitas españolas repartidas por los propios militares antes del acto.

Con los representantes políticos en la tribuna el general García-Vaquero hizo acto de presencia, pasó revista a las tropas formadas y dio paso al acto principal del día, la jura de bandera. "Españoles, ¿juráis o prometéis guardar y hacer guardar la Constitución, defender con lealtad al Rey y, si es preciso, derramar vuestra sangre por España?", gritó el general a los civiles. "Sí, juramos", fue su respuesta. Tras el compromiso comenzó el desfile de los 125 jurandos con más o menos marcialidad, alguno exageró tanto el gesto que parecía un auténtico robot, para besar a las banderas españolas.

Tras la jura, el general García-Vaquero leyó un apasionado discurso en el que rememoró la ciudad fundacional de 1478, la defensa de las islas de los invasores extranjeros en los siglos XVII y XVIII y ensalzó las raíces canarias de los regimientos aquí destinados. También hizo una defensa de la presencia de la bandera rojigualda en la calle como "símbolo de la patria y patrimonio de todos los españoles". El militar acabó su discurso apelando a la España de antiguas glorias en un llamamiento a los jurandos. "Os habéis comprometido a mejorar la herencia recibida para transmitirla a vuestros hijos y que ellos, la sociedad del futuro, reciban un patrimonio que contribuya a que España retome el camino del imperio donde no se pone el sol", dijo.

El acto continuó con el homenaje a los caídos, donde la música solemne y una salva de fusilería provocaron el aplauso del público. Finalmente, un desfile de la tropa por la calle Obispo Codina puso fin al acto castrense celebrado fuera del cuartel.