"Mi mujer está deseando que se ponga en marcha para poder salir de la casa". Jesús es uno más de la docena de vecinos de San José que ayer al mediodía esperaban, bien resguardados del sol, a que los políticos cortasen la dichosa cinta que les impedía usar el nuevo y monumental ascensor que conecta la zona baja con la alta del barrio. "Mi mujer tiene la cadera mala y no puede subir estas cuestas, ahora sí da gusto", remató el mismo vecino.

Fueron los concejales de Urbanismo, Martín Muñoz, y de distrito, Christian Santana, los encargados de cortar la cinta y estrenar el nuevo ascensor con el que San José se eleva hasta el cielo dejando atrás las incomodidades de las rampas y escaleras de toda la vida. Para llegar hasta aquí, los vecinos han tenido que esperar más de siete meses para que el Ayuntamiento se decidiera a inaugurarlo cuando la obra ya estaba terminada. La conexión a la red eléctrica, ese pequeño detalle, no se contrató al mismo tiempo que se hizo la obra y de ahí que el ascensor en los últimos meses se pareciera más a un monumento que fotografiar que a un aparato para salvar las empinadas rampas. El ascensor inaugurado ayer salva un desnivel de 32,7 metros entre las calles Coral y Tajinaste, con parada, a mitad de recorrido, en la calle San Vicente de Paúl. De esta forma quedan unidas las dos partes de San José además de conectar también Vegueta y la Vega de San José con San Juan, al otro lado del Risco.

"Después de esta inauguración ya sólo nos quedan las escaleras mecánicas de San Antonio por poner en funcionamiento de las cuatro obras de accesibilidad contratadas con el Feile", explicó Muñoz. Efectivamente, fue el PSOE gracias al Fondo Estatal de Inversión Local y Empleo (Feile) quien encargó y pagó la obra que finalmente inauguró el PP y que costó 938.459 euros. Muñoz, aunque no quiso entrar al trapo ayer contra el partido que ahora ocupa la oposición, sí recordó que era responsabilidad del anterior gobierno haber tramitado la conexión de la instalación a la red eléctrica.

El ascensor estará en servicio las 24 horas del día, una circunstancia que a los vecinos agradó y disgustó por igual. "Vengan dentro de tres meses y verá el ascensor roto y pintado, la juventud de ahora no respeta nada, no hay sino golferío, y si no vigilan esto día y noche lo van a romper", advertía, pesimista, un vecino que no quiso dar su nombre. "Desde aquí hacemos un llamamiento para que los propios vecinos velen por el buen funcionamiento del ascensor y lo cuiden porque es de ellos y son ellos los que se van a beneficiar", espetó Muñoz. "Lo que hay que hacer es un esfuerzo por nuestra parte también para cuidar esto que nos da el Ayuntamiento", medió el presidente de la asociación de vecinos de la Vega de San José, Óscar Roque. "Esperemos que impere el civismo", finalizó el concejal la conversación.

Los primeros usuarios del ascensor, con una media de edad superior a los 60 años, se mostraban enormemente agradecidos por el estreno del aparato. "Es bueno que se sigan haciendo cosas como esta porque ayuda a la gente mayor del barrio. Yo mismo estoy mal del corazón y no puedo subir estas cuestas", aseguraba Agustín. "Yo hasta ahora bajaba siempre por la escalera pero para subir hasta mi casa me tengo que coger un taxi porque no aguanto tantos escalones", contaba Margarita, otra beneficiada del ascensor.