Los trabajadores del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria se enteraron ayer, a través de una información en la intranet, de que este año no se aplicará la reducción de la jornada laboral durante los meses de verano. Para sorpresa de todos, los funcionarios que acudieron a sus puestos vieron cómo sus planes se trastornaban tras la aplicación de la Ley Estatal de Presupuestos Generales, publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el sábado pasado, y por la cual tuvieron que cumplir con el horario habitual. Esto ha sido interpretado como un obstáculo para la conciliación de la vida familiar y laboral que ya tenían prevista.

Los empleados acudieron ayer al Ayuntamiento capitalino con la idea de que su día laboral finalizaría una hora antes, con la habitual reducción de jornada durante los meses de julio, agosto y septiembre. Sin embargo, la nueva situación provocó reacciones inmediatas. Miembros de Intersindical Canaria emitieron un comunicado donde manifestaron el malestar generalizado de los trabajadores y su posterior desmotivación. "El caos y la confusión de hoy [por ayer] podrían haberse evitado dejando un margen para la aplicación de la norma", señaló el sindicato.

Esta asociación y la Unión General de Trabajadores (UGT) han solicitado una Mesa General de Negociación con el Ayuntamiento para tratar el tema y buscar una solución. Además, tras contactar con compañeros sindicales de otras administraciones públicas, comprobaron que la ley estatal no se ha desarrollado en otros ejecutivos, como el Cabildo o la Comunidad Autónoma.

Los sindicatos se quejan de que no se les convocó para informarles de la constancia de la septuagésima primera disposición adicional de la ley y se vieron sorprendidos al llegar a sus puestos. El representante de UGT, Alfredo González, denunció que "no se avisó con tiempo para que los empleados pudiesen organizarse y ha supuesto un abuso de la autoridad".

Algunos colectivos entraron una hora más tarde a trabajar y, por lo tanto, ahora tendrán que recuperar ese tiempo. "Se ha optado por la peor de las formas, la sorpresa, el malestar, que ya se ha convertido en norma de la casa", señalaron desde Intersindical.