¿Qué objetivos se ha marcado en esta nueva etapa al frente del Instituto de Medicina Legal de Las Palmas?

Queremos terminar de poner en funcionamiento el Instituto de Medicina Legal, que es uno de los mejores de España, con una dotación magnífica. Pero falta alguna cosa por hacer. También vamos a integrarnos en el proyecto que tiene esta Consejería para modernizar la Administración de Justicia. Iremos paso a paso. El reto profesional es importante, porque corren unos tiempos muy duros y difíciles, en los que estamos pidiendo a nuestros compañeros que trabajen más con un recorte económico importante. Hay un gran equipo humano con ganas de trabajar que tiene el apoyo de la Consejería.

¿En qué medida afectan esos recortes al Instituto de Medicina Legal?

Los recortes afectan hasta la respiración... A los presupuestos, a los sueldos y al desarrollo de tareas que tenemos pendientes como el laboratorio de histopatología, que no está funcionando todavía. Todo eso es inversión y estamos en un momento difícil, de recortar en todo lo que se pueda. En cualquier caso, tenemos el apoyo de la Consejería de Justicia, pero ellos tampoco pueden hacer magia.

El Instituto se inauguró en 2007 y entonces se dijo que era el más avanzado de España.

Y lo sigue siendo. Tenemos unos laboratorios punteros que no los tiene ningún otro instituto de medicina legal. También hacemos trabajos en toxicología y genética de una calidad científica importante, incluso con colaboraciones internacionales. Ahora mismo hemos firmado un convenio con la Policía Canaria para realizar unas determinaciones analíticas de toda la comunidad autónoma. Hacemos una labor muy importante.

¿Pero hay un laboratorio que está pendiente de creación desde el año 2007?

Bueno, está montado, pero, aparte de los aparatos, también hace falta personal, que es el capítulo donde más agobio estamos sufriendo. Necesitamos personal y una pequeña dotación presupuestaria para material fungible, gastos y todo lo demás. Ahora suplimos esa carencia mediante un convenio con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Utilizamos personal facultativo de la Universidad, pero el material es nuestro y está radicado aquí. Nuestra aspiración es formar a nuestro propio personal para trabajar en los laboratorios.

¿Hay un compromiso de la Consejería de Justicia?

Tenemos su apoyo, pero todo dependerá de lo que diga la Consejería de Hacienda, que es la única que manda ahora. Si no hay dinero, por mucha voluntad que exista, no se puede hacer nada. Ahora estamos con colaboraciones y fórmulas imaginativas, pero la intención es que el laboratorio empiece a funcionar en los primeros tiempos de este mandato.

¿Por qué es importante la labor del forense?

Los jueces juzgan, pero no pueden tener conocimiento sobre todas las materias, por eso recurren a la labor de los peritos en cualquier área del conocimiento. El perito médico es el más utilizado en la Administración de Justicia, tanto que el cuerpo de médicos forenses se creó en 1800. Al forense siempre se le relaciona con los muertos porque la labor más conocida son las autopsias, pero es la menos frecuente de nuestras actuaciones. Al instituto entran unos 650 fallecidos al año, mientras que los informes periciales sobre vivos superan los 20.000. Con este edificio, cuando la gente viene a verlo, pretendemos que se den cuenta de que las autopsias son sólo una parte. Se hacen en el sótano, mientras que las consultas están en la planta noble y arriba los laboratorios.

¿Cuesta conciliar el sueño tras tomar una decisión controvertida en un juicio?

Nuestros informes no son vinculantes, pero sí muy importantes porque se nos supone imparciales. No nos pagan las partes, no tenemos ningún interés en el pleito. Opinamos en conciencia lo que creemos, por eso una prueba pericial nunca me ha quitado el sueño. Me puedo equivocar como cualquier persona en su actividad profesional, pero como no lo hago con intención de hacer daño a nadie, reconocer un error nunca me ha costado trabajo. Nunca he tenido ningún prurito en recocer que un compañero tiene razón en un aspecto que no he visto en un juicio. Por eso una prueba pericial jamás me ha quitado el sueño.

Antes decía que se les supone imparciales. ¿Existen presiones dentro de la mecánica judicial?

Esas cosas surgen donde hay personas y trabajo, pero jamás me he sentido presionada en la realización de una prueba pericial. Lo que hacemos por norma es compartir o pasar la pericial a otro compañero si intuimos esa presión. Antes trabajábamos de forma aislada en cada Juzgado, sin comunicarnos, pero el Instituto de Medicina Legal nos ha permitido trabajar en equipo y poner en común nuestro conocimiento para resolver los problemas. Las pericias más complicadas siempre las hacemos entre dos compañeros.

¿Cuántos médicos integran la plantilla?

En Gran Canaria somos 19 médicos, además de cuatro psicólogos, una trabajadora social y cuatro auxiliares de autopsia. En Lanzarote tenemos cuatro compañeros y otros dos en Fuerteventura.