"Es una tradición: venimos todos los años y pasamos el día entero cerca de nuestros seres queridos". De esta manera viven el Día de Todos los Santos Candelaria Peña y su familia, quienes pasaron la jornada de ayer en el cementerio de San Lázaro junto a la tumba en la que reposan los restos de varios parientes. Las fuerzas las reponen a base de agua y zumos.

Peña es la encargada de preparar los ramos. El colorido de las flores contrasta con el negro de la vestimenta que lucen los presentes. Cada uno de ellos está previamente mentalizado de la forma en la que pasan este encuentro, ya que "esta costumbre es de mi madre, que falleció hace siete meses y ella vino al cementerio durante los últimos 27 años, desde que murió mi padre", concreta Candelaria. Le acompañan una tía y los más jóvenes de la familia, hijos y sobrinos. Vienen preparados para pasar el día entero: con algunas sillas y varios líquidos, básicamente agua y zumos.

Muy cerca de ellos se encuentran varios restos de coreanos sepultados, comunidad que se ha asentado en Las Palmas de Gran Canaria desde hace 50 años. Un sacerdote, de la misma nacionalidad, se acercaba a cada uno de ellos para rezar junto a sus familiares. La veintena de personas que atentamente escuchaban al religioso seguían sus pasos casi en silencio y bajo la pista del incienso.

El pasillo central del camposanto rebosaba de gente, de todos aquellos que no dudaron en acudir a homenajear a los familiares que yacen en estas tierras. Algunos madrugaron para pasar por varios cementerios capitalinos

En otro rincón del camposanto de San Lázaro estaban el cantante y transformista grancanario Félix de Granada junto a Juana María Ortega. Él, emocionado, recordaba a su amigo a quien fue a honrar y a quien trataba como un hermano. "Trabajó conmigo toda la vida", detallaba De Granada. Para este fue inevitable recordar varios momentos de su vida así como la oportunidad que le ha brindado su carrera artística al viajar por medio mundo. Este hecho le ha abierto la mente y ha podido mejorar sus habilidades con los idiomas.

Cerca de la puerta principal del cementerio se halla la tumba del artista Néstor Álamo, la cual fue diseñada por él mismo y en el día de ayer lucía un centro grandioso y colorido. "En el fondo puso callao de la playa de La Laja, donde tenía una casa. Así decía que estaría en su playa", explicó Juan José Laforet, cronista oficial de Las Palmas de Gran Canaria. "Lo estudió mucho", afirmó el historiador. Algunos se acercaron ayer hasta la tumba, donde pudieron leer el epitafio de su sepulcro: "Quienes me conocieron saben quién fui. Los otros, ¿para qué saberlo? Ahora intento descansar. ¡Silencio!"

Dolores Rivero Hernández, más conocida como Lolita Pluma, es otro de los personajes que yacen en uno de los nichos del recinto. Esta isletera fue muy popular en la sociedad canaria, sobre todo en los alrededores del parque Santa Catalina. Al igual que el carnavalero Santiago García Díaz, el Charlot de Las Palmas, cuyos restos descansan en San Lázaro. En su día se le brindó un entierro festivo, como él lo pidió.