Conquistar nuevos clientes. Esto es lo que se ha propuesto el mercado de Vegueta con la apertura por la tarde -lunes y jueves, en horario de cinco a ocho y media- de más de una cincuentena de puestos de los 70 que actualmente están operativos en las instalaciones de abastos más antigua de la capital. Los clientes que ayer acudieron a hacer la compra aplauden la iniciativa de los comerciantes. Estos, por su parte, confían en que el nuevo servicio atraiga a más consumidores.

Para ser la primera tarde, el mercado de Vegueta ofrecía ayer un buen ambiente. Clientes comprando y comerciantes satisfechos por las ventas. Mercedes Pineda, contable y madre de un bebé de meses, aplaudía la apertura con un carro cargado de bolsas de verdura y fruta fresca y de carne. "Es la única manera de venir al mercado. Trabajo hasta las cuatro de la tarde y ahora con el bebé apenas tengo tiempo para nada", comentaba esta joven, que habitualmente hace la compra en los súper.

Mercedes reside en Santa Brígida, pero tira de su madre -que vive en la capital- para hacer, en ocasiones, la compra. "No es lo mismo comprar en el mercado que en otros sitios, que llevas la verdura o la fruta a casa y no te dura más de dos días en el frigorífico", señalaba.

Para ella, el mercado ofrece calidad, precio y atención. "Ahora con los horarios, los carritos y los descuentos que te hacen en el aparcamiento por comprar funcionan igual que cualquier supermercado".

De la misma opinión era Concha Rodríguez. Una ama de casa que aprovechó la tarde para comprar "de todo un poco" en el mercado a pesar de vivir en el municipio de Telde. "Está bien que abran sólo dos días, tienen que descansar", apuntaba esta clienta, preocupada por el descanso laboral de los comerciantes que empiezan su jornada a las seis de la mañana en Mercalaspalmas y que ahora tendrán que hacer un esfuerzo mayor, ya que la mayoría no cuenta con empleados para atender el negocio.

La iniciativa de abrir en horario vespertino, sin embargo, no es nueva. En dos ocasiones -2003 y 2007- los comerciantes pusieron toda la carne en el asador para ofrecer un horario más acorde con los tiempos y con el perfil de la nueva clientela, hombres y mujeres que trabajan por la mañana y que sólo tienen los sábados para acudir al mercado. Pero en aquellas dos ocasiones la propuesta de abrir las tardes para rescatar a una clientela que por falta de tiempo había optado por comprar en el súper no terminó, sin embargo, de cuajar entre los puesteros y se fue desinflando con el paso del tiempo.

La crisis económica por la que atraviesan las familias canarias y, por ende, el comercio ha puesto de nuevo sobre el tapete la cuestión. El gerente del mercado de Vegueta reconocía ayer que hace 20 ó 30 años tenía razón de ser abrir sólo por las mañanas, pero que ahora es más que razonable por el nuevo tipo de cliente y por la "situación de crisis y la caída de las ventas". "La mayor parte de nuestros clientes provienen del Cono Sur y allí la crisis está siendo bestial. Ni en la franja de Gaza".

El pescadero Julio Sánchez Almeida rebosaba de alegría en la tarde inaugural en su puesto a pocos metros de la entrada principal. "Para ser el primer día no ha ido mal. He hecho 50 euros con una joven que venía a buscar calamares. Pero he vendido de todo: sardinas, corvina, atún", afirmaba a media tarde detrás del mostrador con un cartel que avisa de que "el que fiaba se fue a cobrar y no sé cuándo vendrá".

Él ha apostado firmemente por la iniciativa para dar salida a esa clientela que le dice: "Yo vendría si abrieras por la tarde", aunque le cueste trabajar más horas al día. "De momento trabajamos yo y mi señora, pero por las tardes vendré yo solo".

"Hay que dar tiempo al tiempo. Todavía la gente está despistada, aunque hay un letrero grande en la entrada y hemos hecho publicidad", continúa este pescadero con 39 años de profesión.

Los puesteros abren voluntariamente y se ha optado por los lunes y jueves para aprovechar dos eventos que atraen a mucho público en la zona. La de los ciudadanos que acuden a Santa Rita, los lunes, y los que van de taperío los jueves.

La venta de productos variados -carne, pescado, fruta, charcutería, pollería, etc.- está garantizada a pesar de que no todos los puestos abren de momento. La clientela incluso podrá comprar café recién tostado en el puesto número 91 de Lidia Almeida, un comercio inaugurado hace tres meses.

En Aroma y Café, como se llama este nuevo puesto del mercado, se puede degustar incluso el producto antes de comprarlo. Por supuesto, no falta el café de Agaete. Un souvenir que adquieren muchos de los turistas que acuden al mercado tras visitar el casco viejo. Y es que la plaza es una joya del patrimonio cultural de la ciudad ya que en sus alrededores se habilitó en 1787 la primera instalación de abastos, aunque no sería hasta 1849 cuando el artista Manuel Ponce de León -de quien por cierto este año se cumple el bicentenario de su nacimiento- diseñó los primeros planos. La obra, sin embargo, fue proyectada definitivamente por Manuel de Oraá en 1853, al tener el título de arquitecto provincial de Canarias.