La historia de Minerva Marrero, la grancanaria que huyó de Alemania con su hijo de cuatro años por sufrir presuntos maltratos de su marido, dio un vuelco ayer cuando la Policía Nacional procedió a encarcelarla de manera preventiva por orden de la Audiencia Nacional a la espera de ser extraditada a Múnich (Alemania), donde su esposo la denunció en verano por el secuestro del menor.

La joven revive así el episodio que sufrió a principios de octubre cuando estuvo detenida varios días antes de ser enviada a Madrid para que la Audiencia Nacional aprobase o rechazase su extradición a Alemania, una decisión que finalmente fue suspendida hasta diciembre por las "incongruencias" que se vislumbraban en la denuncia por secuestro que interpuso su marido, aseguró en su momento uno de los abogados que han llevado la causa de Minerva.

La Sección Cuarta de la Audiencia Nacional, sin embargo, dictó anteayer un auto en el que ordenaba la entrega de Minerva a las autoridades alemanas a la vez que ordenaba a la Policía Nacional que la detuviese y la metiese en la cárcel de manera preventiva "para que estuviese disponible en cualquier momento para ser extraditada", explicó el abogado de Minerva, Juan David Pazos.

La mujer, natural de Tres Palmas y casada con un grancanario con nacionalidad alemana por su madre, se vio apoyada por varias decenas de personas, entre familiares y amigos, a las puertas de la Supercomisaría, lugar al que la Policía Nacional le había ordenado acudir para ser detenida.

La joven entró en el recinto policial abrumada por los gritos de apoyo: "¡Todos con Minerva!", "¿Dónde está la justicia española que no hace nada por una chica nacida aquí?", "¿Quién defiende a Minerva?" o "No queremos las mentiras que nos han dicho".

La concentración de amigos, organizada para las nueve de la mañana, no se suspendió pese al intenso aguacero que cayó mientras su hermano, Juan Luis Marrero, explicaba a los medios la historia que ha vivido Minerva desde que decidió huir de Alemania, con un salvoconducto para su hijo proporcionado por el consulado, ante los presuntos maltratos que había sufrido.

Los juzgados grancanarios, sin embargo, han archivado sus querellas por malos tratos porque, en caso de existir, se habrían cometido en territorio alemán y la potestad para juzgarlo es de allí.

En la actualidad, lo que pervive es una investigación iniciada en el Juzgado de Instrucción Número 8 de Las Palmas de Gran Canaria contra el marido de Minerva por falsedad documental y una demanda de divorcio con la que esperan recuperar al pequeño.