Estar en contacto directo con la naturaleza. Sentirse libre y abierto al mar. Relajación. Todos estos son algunos de los beneficios que argumentan los usuarios del centro Afaes (Asociación de Familias para Apoyo de Personas con Enfermedad Mental) que acuden a un curso de vela dos veces en semana. Un total de 16 personas que sufren esquizofrenia y cuyas edades oscilan entre los 32 y los 53 años hacen de este deporte náutico su terapia, cuyo fin es ayudar en su integración social.

Varios son los orígenes de la patología que sufren estas personas, pero lo primordial es conseguir que vivan con calidad de vida. "Este tipo de actividad les permite tener un contacto directo con la naturaleza. Además, se trabajan aspectos como la psicomotricidad, la cooperación y las habilidades sociales, las cuales repercuten en una mejor comunicación", explica Evelyn de Lezcano, trabajadora social de la entidad. Se trata de una iniciativa pionera en las Islas Canarias, ya que es la primera vez que se proyecta para personas con enfermedad mental.

"No pensamos, sólo navegamos. Ya incluso llevamos el timón", indica Manuel Negrín, uno de los que reciben el curso. Mario Luis Ruiz, otro compañero, resalta la serenidad que le transmite cada vez que se embarca en uno de los navíos.

Por su parte, Soledad Ramírez, quien ya tuvo de pequeña contacto con el mar puesto que acudía a pescar con su padre a la zona de Arguineguín, recuerda que en aquellos inicios se mareaba constantemente hasta que supo controlarlo. Ahora es una de las alumnas del curso de vela y ha encontrado su libertad. "No me siento atrapada", matiza.

El alumno Erasmo Pérez también ha adquirido conocimientos que le han permitido desenvolverse en el barco, e igualmente le han supuesto un provecho de cara a su vida personal.

Un total de tres monitores dan respuesta a las inquietudes de estos marineros desde las instala-ciones del muelle Deportivo. Uno de ellos es Néstor Mendoza, para quien esta oportunidad de tra- bajar con este colectivo se ha convertido en la primera. "Al princi-pio no preguntaban nada, pero ya se han ido soltando. Te ves recompensado porque se integran", señala este joven instructor.

Manuel, Mario, Soledad y Erasmo son personas totalmente independientes, pero acuden al centro de día de la asociación para desarrollar talleres como el de cerámica, pintura o informática. El Ayuntamiento capitalino es el que ha financiado los costes del proyecto pero ha sido organizado por Afaes y la Fundación Tutelar.

Andrés Mendoza, presidente de la organización, analiza la situación actual en materia de salud mental y considera que es necesario que el conjunto de refuerzos actúe de manera paralela. Se basaría en la suma del "tratamiento, la rehabilitación y el apoyo familiar". "Hay diez planos funcionales en esta materia, donde la estructura debería simplificarse para hacerla más efectiva", expone el directivo. Este hecho aliviaría y aligeraría los procesos. Así, hace un llamamiento a las diversas administraciones para solucionar las demandas del colectivo.