"Dame la mano", le dice una niña a la estatua en color dorado viejo de Charlot. Mientras pasa esto, otra pequeña llamada María aprovecha para quitarle una moneda de la base, una especie de cajetín que al recibir algo que simule dinero sirve para que la escultura se mueva de forma mecánica, al estilo Charles Chaplin. Un joven se acerca con un globo en forma salchichón y se lo entrega al cómico más famoso de la historia. Se lo agradece lanzándole un beso y moviendo su pequeño bigote. María le pega con otro globo al bueno de Charlot. Los padres reprenden a la niña y le piden disculpas al actor.

La tarde está triste y empieza a llover, algunos de los presentes en las ramblas de Mesa y López se cobijan debajo de una caseta destinada a taller lúdico de creación de globos. El profesor coge una sopladera pequeña y hace un caniche de color violeta . Luego hace un corazón que le entrega a otra niña.

El experto diseñador de globos tiene entre los más difíciles el oso con una flor y el famoso conejo Bugs Bunny. Al escucharlo, el pequeño Carlos clama: "Quiero uno de esos". Se tarda mucho en su elaboración por lo que ofrece otra magia de sus manos, un corazón con dos loros besándose que le entrega a su extasiada hermanita. A Carlos le toca una espada azul, el juguete perfecto para luchar contra la lluvia y cualquier fenómeno atmosférico.

Esta es una escena vivida ayer en Invasión Circense, una actividad promocionada por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para dinamizar las ramblas de Mesa y López tras su remodelación con la peatonalización de parte de sus carriles.

Su estreno, a partir de las 16.15 no disfrutó de mucha suerte, ya que el mal tiempo desanimó a muchos padres para acercarse hasta la arteria principal de la capital grancanaria. De hecho, unas pequeñas lloviznas se sucedieron en la primera sesión de este pequeño circo instalado en las dos ramblas principales de la avenida Mesa y López.

La actuación corre a cargo de la empresa de producciones artísticas Mojo de Caña, que ayer tenía instalados medio centenar de talleres lúdicos, uno de ellos dedicados al malabarismo en las que algunos padres aburrían hasta a sus hijos con sus demostraciones.

Programación

Además, Mojo de Caña ofreció a los clientes del improvisado circo otras actividades entre durante toda la tarde de ayer. Además, llevaron a cabo un vistoso y colorido pasacalles bajo el nombre de Las mil y una noches, que fue seguido con entusiasmo por niños y padres que se acercaron a la zona y se mezclaron con los protagonistas.

Los actores también exhibieron a los presentes un cuenta cuentos de la compañía Clown de Cía Kaleida Circus denominado Diaboli y El Volcán, que hizo las delicias de los ojipláticos pequeños, que no perdieron detalle.

Para los siguientes sesenta minutos quedaba la actuación estrella, un espectáculo de circo por la Escuela de Circo MSB consistente en números gimnásticos y de trapecio. Invasión Circense no se terminó este sábado ya que la programación del Ayuntamiento de Las Palmas es que vuelvan para los próximos sábados del 8 y 29 de diciembre con nuevas obras de títeres, espectáculos clown, pasacalles y números de circo.