Vecinos del barrio de Guanarteme han denunciado la degradación y el proceso de marginación que sufren las calles más cercanas a la playa de Las Canteras, entre las que figura Colombia, Venezuela, Pelayo y el último tramo de la calle Portugal. Los residentes se declaran hartos de escandaleras y del aumento del trapicheo, los robos y la prostitución callejera y dicen que ya no aguantan más.

Los vecinos, que prefieren no dar su nombre, advierten de que la concentración de personas marginadas en la trasera de Las Canteras está convirtiendo el lugar en un gueto y muestran su preocupación por el "alarmante aumento" de este fenómeno en los últimos dos años. A este proceso de degradación, aseguran, "está contribuyendo el Ayuntamiento de la capital y el Cabildo de Gran Canaria, que no sólo no hacen nada para acabar con el problema, sino que contribuyen a agravarlo enviando a pensiones y casas terreras de la zona a enfermos mentales y toxicómanos, que no reciben ningún tipo de tratamiento".

"No se puede dejar a estas personas con problemas psiquiátricos, y toxicomanías que además son indigentes, sin control en una casa terrera o una pensión, como ocurre en este barrio, porque los que sufrimos las consecuencias de su descontrol somos los vecinos", se queja uno de los residentes.

Reconocen que los problemas de marginación en esta parte del barrio se remontan a la época en que los apartamentos Astoria se convirtieron en residencia de muchos camellos, pero señalan que la problemática de este alojamiento se ha extendido a muchas pensiones y pisos de la zona.

"Los dueños de algunos edificios vacíos han tenido que tapiar las puertas y ventanas para que no se metan los okupas. En los apartamentos Astoria pueden vivir unas 600 personas, cuando sólo tienen cabida para la mitad. No sé a que espera el alcalde para meterle mano a ese edificio", explica uno de los residentes, que considera insuficiente el expediente abierto por el Ayuntamiento hace poco a los dueños por el mal estado que presenta el edificio y por haber realizado construcciones ilegales en la parte alta.

"A partir de las siete de la tarde, aquí comienza la marabunta. A los ruidos se añaden los coches mal aparcados sobre las aceras y la porquería en las calles. A mí me gustaría que la policía se diera una vuelta por aquí para que compruebe la cantidad de coches abandonados que hay", indica el dueño de un negocio.

Otro vecino, que vive al lado de una casa donde se practica la prostitución se queja de las molestias que tienen que soportar él y su familia. "Vivo en la calle Colombia y estoy harto de que a las tres de la mañana me vengan a tocar en busca de prostitutas, porque confunden mi casa con la de al lado. Tengo dos hijas y esta situación es difícil de sobrellevar. Hay muchas familias que hemos comprado casa aquí, tenemos niños y no tenemos porqué aguantar estos espectáculos. Hemos pagado unos pisos carísimos y no hay derecho que ahora tengamos que sufrir esta degradación del barrio". Otra de las quejas de los vecinos de la zona es el mal estado de los edificios y la abundancia de solares vacíos que se han llenado de trastos y basura. La suciedad de las zonas donde se agolpan lo contenedores es apreciable a simple vista, por lo que reclaman una mayor limpieza de la zona. El estado del barrio, advierten, comienza a parecerse a la problemática que padeció la calle Andamana y alrededores, en La Isleta, antes de que desapareciera la prostitución de allí.

Turismo

Al respecto señalan que hay hoteles en la zona que se están planteando cerrar porque su actividad se está volviendo incompatible con el espectáculo de marginación que hay en las calles. El hotel Exe Las Canteras, situado en la esquina de la calle Portugal con Pelayo, ha tenido que poner la cadena a una de las entradas laterales al inmueble porque "los indigentes se agolpaban en la escalera. Los sin techo se pasan todo el tiempo tirados en Las Canteras, bebiendo", explican.

"Ya le entregamos un escrito al alcalde Juan José Cardona en el que le explicábamos que esta zona no es sitio para meter a estas personas enfermas psiquiátricos. No es normal que los pongan en una zona de trapicheo", señala otra habitante del barrio. "Esto es un escándalo a todas horas", añade. "Aquí no se puede vivir. El alcalde nos ha dicho que está en ello, pero la situación no mejora. En mi edificio, hay muchos apartamentos que se alquilan y la gente no aguanta, porque en cuanto se da cuenta de lo que hay se marcha. Si esto estuviera tranquilo sería el mejor barrio del mundo, con la playa al lado". Otro comerciante se lamenta de que "se está viendo mucha delincuencia y gente de mal vivir en el barrio. Cada vez veo a más gente metida en la droga y dando espectáculos. En la calle Colombia hay una prostituta que trabaja dentro de una furgoneta, propiedad de su chulo. Cómo es posible que un hombre solo pueda tener en jaque a todo un barrio". Los vecinos creen que esto se acabaría aumentando la presencia de la policía, eliminando los apartamentos y pisos-patera e internando a los enfermos mentales en sitios adecuados donde reciban tratamiento.

Los vecinos de la trasera de Las Canteras, en Guanarteme, se muestran también muy críticos con las obras de ensanche de aceras que ha iniciado el Ayuntamiento en la calle Portugal. Al respecto consideran que lo único que va a generar el ensanche es aumentar los problemas de aparcamiento en la zona, ya que las aceras más grandes restarán plazas para dejar los vehículos. "El alcalde dice que no hay dinero y se dedica a rompernos la calle para ensanchar las aceras. Esto lo único que va a generar son accidentes", opina un vecino. También reclaman los residentes al alcalde Juan José Cardona que saque adelante el proyecto para hacer un garaje subterráneo en el parque de Pino Apolinario, en el que el Ayuntamiento tiene previsto inaugurar dentro de unos días unos huertos urbanos. Los residentes se quejan de que el Gobierno municipal "no consulta a los vecinos antes de hacer las cosas. Hace lo que le da la gana y los que sufrimos las consecuencias somos nosotros". Aseguran que la campaña de limpieza de choque anunciada por el Ayuntamiento en la zona "no se nota".