El nuevo Plan General de Ordenación (PGO), cuya entrada en vigor está prevista para dentro de dos meses, permite a la empresa Martinsa-Fadesa proseguir con la construcción de una promoción de 300 casas, repartidas en cuatro edificios de diez, nueve y siete plantas, una operación urbanística conocida como Gran Guanarteme, que se encuentra paralizada tras ser anulada por los tribunales en 2006. Fuentes de la empresa confirmaron que la intención de continuar con el proyecto es firme, aunque será necesario buscar la financiación.

El Ayuntamiento ha intentado sortear dos sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) que bloquean la operación, mediante la ejecución de un nuevo proyecto, que rebaja las edificaciones en tres alturas. A cambio le cede a la promotora un espacio libre de la ciudad, con una superficie de 1.292 metros cuadrados. En este nuevo escenario, un representante de Martinsa-Fadesa señaló que sus arquitectos tendrán que replantear el proyecto para adaptarlo a las directrices que marca el nuevo PGO.

El alto tribunal canario ha anulado en dos ocasiones la operación. Primero tumbó en 2004 la unidad de actuación en la que se amparaba la actuación y tras esta anulación judicial, el Ayuntamiento lo intentó de nuevo mediante un estudio de detalle y la ordenanza M, que permitía elevar la altura de la zona a todas aquellas manzanas que tuvieran una superficie superior a los 2.500 metros cuadrados.

La última fórmula urbanística para ejecutar el Gran Guanarteme, que ahora se articula mediante una actuación de dotación, fue ideada durante el anterior mandato y asumida por el Gobierno del actual alcalde, Juan José Cardona.

El anterior concejal de Urbanismo, Néstor Hernández, planteó el nuevo proyecto como una "solución intermedia" para contentar a los vecinos que denunciaron el Gran Guanarteme, porque incumplía la altura de cinco plantas que se permite en la zona, así como evitar indemnizaciones a la promotora. Una portavoz del actual Gobierno municipal informó de que el nuevo Plan General, cuya adaptación fue aprobada hace unas semanas, le da por fin "cobertura jurídica" a la operación, para que la promotora pueda retomar las obras cuando quiera. Los trabajos se paralizaron justo cuando la empresa procedía a la excavación para hacer los cimientos y en el solar no se ha movido una piedra desde entonces, debido a las resoluciones judiciales. "El proyecto está en vigor", afirmaron las fuentes municipales, "y la empresa puede iniciar la edificación en cuanto quiera".

Las fuentes de Martinsa-Fadesa no pudieron poner fechas ni plazos para la puesta en marcha del proyecto, no en vano la empresa se encuentra en régimen de administración concursal tras protagonizar en 2008 la mayor suspensión de pagos de la historia española.

La operación urbanística se concentra en una gran manzana, que linda con las calles Mario César, Cayetana Manrique, la plaza de América y el final de Fernando Guanarteme, por la que pasará en un futuro la prolongación de Mesa y López.

Según aparece en el Plan General, el conjunto cuenta con siete plantas en los frentes urbanos de Mario César y la futura prolongación de Mesa y López; diez plantas en el interior de la manzana y nueve alturas en la fachada que da a la plaza de América. La pieza de siete plantas con fachada a Mesa y López prevé una "antesala" porticada de una altura mínima de cinco metros, que tiene como objetivo conservar la antigua alineación de la calle Fernando Guanarteme.

Los edificios serán construidos en una parcela de 7.906,58 metros cuadrados de superficie, en los que la promotora dispondrá de una edificabilidad de 47.439,48 metros cuadrados.

La empresa conserva la misma edificabilidad que tenía cuando pensaba elevar tres plantas más en las edificaciones, ya que el Ayuntamiento la compensa de la reducción de altura con la cesión de un espacio libre de 1.292 metros cuadrados, que pierde la ciudad.

Los vecinos de La Minilla, que bloquearon la operación por segunda vez al denunciarla en los tribunales, han manifestado ya su oposición a la solución que ha buscado el Ayuntamiento para sacar adelante la actuación urbanística. Valentín Labrada, presidente de la asociación de vecinos Mirador del Atlántico, sostuvo que lo que pretende hacer el Ayuntamiento es "ilegal" y añadió que el impacto de las torres del Gran Guanarteme sobre las casas de La Minilla se mantiene pese a la reducción en tres plantas. Los vecinos ya presentaron alegaciones al Plan General y también a la Comisión de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente de Canarias (Cotmac), organismo del Gobierno canario que le acaba de dar el visto bueno definitivo al nuevo planeamiento de la ciudad. Consideran que la modificación "incumple también" las sentencias que anularon la operación. "Hay una sentencia judicial", dijo Labrada, "que dice que en la zona no se puede levantar ni una planta más" de las cinco que se permiten en Guanarteme. "Cualquier cambio que incumpla eso es arbitrario. Una sentencia anulatoria del Plan General produce efectos para el Ayuntamiento aunque no haya alcanzado firmeza. ¿Cómo se puede admitir algo que va en contra de una sentencia?", se preguntó Labrada, quien se quejó de la falta de respuesta de la Cotmac al recurso que presentó la asociación.