La visión de la ciudad desde La Isleta es una imagen que deja sin palabras. La vista de Guanarteme desde el pico de La Vigía es sobrecogedora. Los restos volcánicos de las erupciones que conformaron esta península tan característica de Gran Canaria se funden en el horizonte con las edificaciones de la ciudad. El contraste entre la naturaleza en estado puro, con la explosión de verdor de la flora después de las últimas lluvias, con el cemento que puebla el istmo parece algo inimaginable. Pero, a pocos metros de la ciudad, La Isleta recuerda los orígenes más primitivos de la Isla y devuelve al espectador a la cultura aborigen.

La mitad de la extensión de esta zona casi desconocida para los grancanarios se encuentra militarizada. Ayer, sin embargo, se abrió durante unas horas para los civiles con la celebración de la I Isleta Extreme Canarias 50, una carrera de montaña de más de 16 kilómetros que recorrió la zona militar y permitió disfrutar de unos paisajes hasta entonces vedados para los que no fuesen militares de maniobras.

Entre los restos de lava aparecían las pocas edificaciones militares: la prisión -ya abandonada-, campos de tiro, poblados con diseño afgano para practicar, trincheras, etcétera. El terreno, cuidado de forma excepcional dada la prohibición para acceder a él, se mostraba majestuoso.

El fuerte viento y unas nubes oscuras daban al paisaje un claroscuro sobrecogedor que no arredró a ninguno de los 410 corredores, 115 de ellos civiles, que además realizaron la carrera con un fin solidario: apoyar a las personas con esclerosis múltiples.

Un cheque entregado por la Caixa por valor de 1.500 euros más los 500 euros derivados de la aportaciones voluntarias de los corredores fue la suma total que logró recaudar la Asociación Provincial de Esclerosis Múltiple (APEM) para ayudar a estas personas.

La carrera organizada por el Club Deportivo Canarias Número 50 y en el que participaron desde el campeón de Canarias Yeray Durán hasta el general del Regimiento de Infantería Canarias 50, Alfonso García Vaquero-Pradal, el coronel, Óscar Sánchez Artiles o el cronista oficial de la ciudad, Juan José Laforet, contaba con una elevación máxima de 596 metros, una pendiente de hasta 42,3% y una media de 6,5%.

El ganador de la prueba, completamente inesperado para todos los participantes, fue un invitado a la carrera, Antonio López López, sargento destinado en el regimiento Canarias 41 en Tenerife.

Al concluir, después de imprimir un ritmo brutal, aseguró que le había "encantado" correrla. "El paisaje es espectacular... ya lo conocía de maniobras, pero es mucho mejor verlo mientras corres, por supuesto", aseguró.

En segundo lugar concluyó Durán, que calificó el circuito como "asombroso". Para el corredor, "La Isleta es un paraíso de lava en medio de la ciudad que debería visitarse más a menudo".

En este sentido, Laforet comentaba poco antes de iniciarse la prueba que no había que olvidar la importancia de La Isleta para la ciudad. "Si decimos que Las Canteras es la mejor playa urbana del mundo, no deberíamos olvidarnos que aquí tenemos la mejor montaña urbana y es todo un privilegio", argumentó.

Durán espera que se repita esta iniciativa el próximo año porque "es una carrera muy asequible para todo el mundo y estas cosas ayudan al pueblo canario a hacer más deporte". Será, entonces, una nueva oportunidad para disfrutar de la visión de unos parajes que se encuentran protegidos durante el resto del año.