Triana volvió ayer a ser el centro de la Navidad en Gran Canaria. La Parranda con repertorio navideño animó la Calle Mayor de la capital con villancicos, a los que se sumaron distintas actividades y actuaciones. La arteria del casco capitalino se llenó de gente. La cara de asombro e ilusión de los niños resumió, una vez más, el espíritu de estas fiestas.

La tarde se inició con la Parranda Heildelberg abriendo la comitiva de Papá Noel y su corte en su recorrido entre el Parque San Telmo y la calle Malteses. "Esta noche nació el niño/ en el Portal de Belén" o "Feliz Navidad/próspero año y felicidad" cantó la agrupación folclórica, entre otros villancicos, en el pasacalle por Triana.

La Heidelberg encabezaba la comitiva de Papá Noel en flamante descapotable flanqueado por seis damas y por un grupo diverso ataviados de personajes del bosque. La presencia de Santa Claus abducía a los más pequeños en una especie de trance hipnótico.

En la retaguardia de Papá Noel y casi como guardaespaldas tres pajes lanzaban caramelos que golpeaban indiscriminada mente al público. En el encuentro de Triana con Malteses, la parranda despidió a Santa Claus, que salió raudo para volver a aparecer en la parte central de la Calle Mayor, cual actor en un cambio de escenario en una obra de teatro.

La Parranda Jacaranda de Teror afinaba instrumentos, mientras los personajes del bosque corrían entre los asistentes o por medio de las terrazas como moscas reclamando su atención. Tocaba otra actuación, pequeñas coreografías interpretadas por ocho jóvenes bailarinas y otro formado por niños y niñas menos técnicas pero con más improvisación.

La música elegida para la ocasión eran temas del repertorio navideño anglosajón con el Jingle Bells como tema central de esta intervención de baile y danza. Papá Noel ya está sentado en su sillón recibiendo a los niños. Mientras la Jacaranda empieza su repertorio con los temas Embrujo de mi tierra y Sapo cancionero .

El escenario al aire libre se queda pequeño y casi es imposible traspasar la zona cero en donde se agolpa además un taller de adorno navideño y otro de cosmética para estas fiestas. Santa Claus ha dejado su recepción y desaparece en el interior de una de las casonas de la calle mayor de Triana cuya fachada es iluminada por varios focos. Papá Noel sale al balcón y cae una lluvia de confeti.