Dentro de los actos organizados por la Real Sociedad Económica de Amigos del País con motivo del Centenario de la Aviación en Canarias anoche disertó en el Real Club Náutico de Gran Canaria el periodista y cronista oficial del puerto de La Luz, Juan Francisco Fonte, que abordó el tema sobre la presencia de los hidroaviones en Gran Canaria entre los años 1919 y 1957.

Explicó que la naturaleza ha dotado a la Isla de dos excepcionales bahías como son el Puerto de Refugio de La Luz y la rada de Gando, preludio del aeropuerto de Gran Canaria. Esta conjunción hizo posible que el primer avión que llegara a Canarias por sus propios medios fuera un hidroavión francés modelo de la casa Georges Lévy HB-2, pilotado por Henri Lefranc. Este hecho ocurrió el 24 de diciembre de 1919 en un vuelo procedente de Agadir con una duración de 4 horas y 20 minutos, amerizando en la primitiva bahía del puerto de La Luz, a la altura del hotel Santa Catalina.

Así se abría Gran Canaria al mundo a través de la ruta aérea y el citado hidroavión, que reparó en los varaderos de Blandy Brothers, siguió viaje tras pasar por la bahía de El Confital, a donde fue remolcado por un barco de guerra francés y desde Las Canteras se elevó el 11 de enero de 1920 para amerizar por primera vez en la bahía de Gando. Desde este lugar siguió dos días después hasta las islas de Fuerteventura y Lanzarote para llegar el 13 de enero al puerto de Arrecife.

Tras el impacto que había causado a la población de esta ciudad el citado artilugio donde una mujer lo bautizó como "un cristiano con los brazos abiertos, volando", llegó dos años más tarde, el 7 de marzo de 1922 el hidroavión portugués Lusitania, con los famosos aviadores Sacadura Cabral y Carlos Viegas Gago Coutinho, que también amerizó en la bahía de La Luz en su paso hacia Río de Janeiro. A este hidroavión siguieron otros con bandera francesa en los años 1924 y 1926 para arribar en este ultimo un Savoia-Marchetti, llamado Jahú, que llegó el 26 de octubre de 1926. Ya en 1928 arribó el británico Singapore, de las fuerzas aéreas británicas, que estaba considerado el mayor de su clase en el mundo.

La expectación llegó a su máximo apogeo con la llegada del raid entre Melilla y Canarias el 17 de enero de 1924 protagonizado por la aviación militar española con tres aviones Breguet XIV que llevaban los nombres de Gran Canaria, Tenerife y Archipiélago Canario, que inauguraron el aeropuerto terrestre de Gando. En el caso del avión Breguet con el nombre de nuestra isla había sido promocionado por LA PROVINCIA con una suscripción de 70.830 francos que la casa constructora colocó en el aeródromo de Cuatro Vientos en Madrid siendo bendecido por el obispo de Canarias, el Dr. Marquina, el 24 de junio de 1922 para colaborar en la guerra con Marruecos.

Más tarde llegaría, el 22 de enero de 1926, el hidroavión Plus Ultra para realizar por primera vez la travesía del Atlántico Sur hasta América con una sola nave, llegando el 10 de febrero a Buenos Aires.

El cronista del Puerto recordó la presencia de Lindbergh en La Luz y la llegada incesante de hidroaviones a la bahía capitalina hasta 1957, cuando se canceló el servicio en el muelle Santa Catalina.