Antigüedades con encanto
Tras 50 años de trabajo, Carmen García cuelga en su tienda de la calle Cebrián el cartel de liquidación. La anticuaria viajó por Europa para adquirir cientos de piezas románticas

Antigüedades con encanto / QUIQUE CURBELO
Elisabet Rodríguez
El Encante invita a transportarse hasta el Romanticismo, un movimiento del siglo XIX que evoca libertad. Así de sugerente es el nombre que recibe la tienda de antigüedades que se localiza en la calle Cebrián, número 32. Su propietaria, Carmen García, vende artilugios de lo más variopintos. Entre sus piezas atesora un Pinocho, un muñeco de madera que le acompaña desde hace más de 40 años después de adquirirlo en un viaje que emprendió a Inglaterra. La anticuaria lo compara con un "amuleto" del que no ha podido desprenderse por los gratos recuerdos que le traen de su infancia.
"No tiene precio", indica sobre el afamado niño de nariz larga para confirmar que no ha tenido el valor de venderlo. Hay clientes que le han propuesto realizar una tasación, pero García, hasta el momento, no se ha atrevido o no se ha visto en la necesidad de hacerlo. "Aunque no se puede decir nunca jamás", apostilla.
Entrar en este rincón capitalino significa viajar por el mundo. Uno puede encontrarse de frente con un arcón canario, un cuadro del artista Néstor de la Torre, un tapiz veneciano, lámparas para todos los gustos o tres tomos que narran historias de Colón, entre otras tantas curiosidades.
Actualmente, el escaparate de la tienda cuelga el cartel de Liquidación. Su dueña ha decidido dar un paso importante y retirarse a sus 72 años, aunque anuncia que no va a descansar. Ha bajado el precio de su muestrario a la mitad, e incluso menos, y es que, en cuanto se deshaga de los productos de mayor tamaño, cerrará sus puertas tras más de 50 años de dedicación.
El negocio se llama El Encante por la pasión que Carmen siente por las antigüedades. Esta actividad entró en su vida como un hobby cuando era tan solo una niña. Su padre también fue anticuario y es el referente de quien heredó lo que se ha convertido en su profesión. Cuando García habla de esta figura paternal, su gesto muestra emoción y admiración.
Además, deja ver que disfruta en su local, cuyo espacio está lleno de historias, tanto propias como ajenas. Es la responsable de seleccionar todo aquello que posteriormente pone a la venta. Ha viajado a un sinfín de localidades, como Florencia y París, pero su región favorita es Inglaterra, de la que guarda una historia que ha marcado su libro de familia. "Acudí a una feria donde un señor, sin yo saberlo, se fijó en mi porque me dedicaba a comprar mucho", relata. Unos días más tarde, "fui a otro pueblo, más alejado, en el que el mismo señor estaba con unos americanos, pero en esta ocasión tampoco me había dado cuenta de que me miraba", matiza. Cuál fue la sorpresa, cuando en unas posteriores Navidades, ya en Las Palmas de Gran Canaria, invitó a tomar un aperitivo en su casa a los inquilinos que se acababan de instalar en el piso de debajo de su residencia, y apareció este hombre que tanto la había observado mientras Carmen se hacía con reliquias en el país anglosajón. "Al final se enamoró de una de mis hijas gemelas y este año hacen 12 años de casados", sostiene con una sonrisa. Esta experta de piezas añejas confía en el destino y en la idea de que "la suerte pasa tres veces en la vida", apunta.
"Aquí [en la tienda] tengo mis vivencias", afirma Carmen, quien se muestra "muy agradecida con la clientela, que ha sido siempre muy educada y fiel", detalla. Confirma que no ha utilizado la publicidad convencional, como los periódicos o las radios, para anunciar su comercio. El éxito recae en el boca a boca. Incluso, cuenta con asiduos de islas vecinas como Tenerife, Fuerteventura y Lanzarote.
Igualmente, cuida mucho a sus compradores, ya que el trato cercano influye para establecer relaciones cercanas y conocer mejor sus gustos. "Cuando compro, pienso en ellos", comenta García. Además, cuenta, de entre estos usuarios, con tres generaciones de una misma familia.
En su medio siglo trabajando como anticuaria su local ha estado ubicado en diferentes emplazamientos, aunque siempre en la capital grancanaria. Previamente a la actual dirección, el negocio permaneció algún tiempo en la calle Venegas y en San Bernardo.
"La gente cree que estas tiendas son caras, pero puedes encontrar artículos desde 50 céntimos hasta piezas de 10.000 euros", promete la propietaria del local que ofrece "mucho Art Nouveau. Entre esos productos más económicos, se hallan postales que recogen escenas románticas, venecianas y escenarios canarios.
La independencia, las ganas de vivir y el grado que supone la experiencia son rasgos de la idiosincrasia de Carmen García. Su predilección por Inglaterra le motiva para continuar viajando en la actualidad a este país del norte de Europa. "Voy una vez cada dos meses", concreta. Allí fue donde se hizo con su preciado y atractivo amuleto, Pinocho. Su nieta de diez años es su alegría y, según adelantó la anticuaria, será la receptora del muñeco de madera que tanto significado tiene para ella.
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