Rojo: retraso. Blanco: en hora. Azul: adelantada. Como si de un semáforo se tratara, las guaguas municipales cantan su posición en las vías de la ciudad a la central de control, en El Sebadal, donde se ubican las cocheras de la compañía. Allí está ubicado el Sistema de Ayuda a la Explotación (SAE), una maquinaria informática y humana que visualiza en todo momento cómo está la flota y toma decisiones ante cualquier incidente y con el mínimo efecto sobre el pasajero. Desde cambiar el rumbo de una guagua ante un accidente de tráfico, redistribuirlas frente a un atasco para que ningún viajero se quede en tierra e incluso avisar al conductor de que una madre despistada dejó a su pequeño dentro del vehículo.

Un equipo de 18 personas, en turnos de cuatro personas al día, están pendientes de lo que ocurre en las líneas de guaguas de la ciudad, aunque lo hagan sobre una pantalla de ordenador donde se muestra un callejero en el que las líneas están dibujadas a colores. También de lo que sucede casi en el interior de cada vehículo, aunque sin cámaras de vigilancia. Y todo ello en tiempo real y gracias a los equipos GPS y de telefonía instalados en cada guagua.

La tecnología vía satélite permite con un solo pinchazo sobre la guagua que circula por la pantalla del ordenador saber quién está al mando del volante, la hora en qué salió de la cochera, la velocidad a la que circula, si va con retraso o no, además, de otros datos que permitirán, posteriormente, evaluar los recorridos y detectar los fallos para mejorar el servicio. Así funciona el cerebro que controla la red de transporte público urbano, instalado en una oficina de las cocheras de la compañía que más bien parece un búnker de postguerra.

El Sistema de Ayuda a la Explotación se ha ajustado a los cambios efectuados en marzo por Guaguas Municipales para mejorar el servicio y que han supuesto un gran paso en la potenciación del transporte público urbano. En un futuro próximo, los viajeros tendrán incluso la posibilidad de ver en su móvil cuánto tiempo falta para que llegue la guagua a la parada.

Cono Sur

Margarita Martínez, ingeniera de telecomunicaciones, ha sido la encargada de poner a punto todo el sistema informático, cuyo datos varían un par de veces al año en función de los turnos de vacaciones de los conductores y del flujo de viajeros.

"Hemos tenido especial mimo con las guaguas del Cono Sur para que fueran puntuales y que el tiempo de espera en los transbordos fuera el menor posible", explica sobre cómo ha afectado la reordenación de las líneas al sistema habitual de trabajo del SEA.

Los transbordos gratuitos entre líneas han sido la gran novedad de este cambio que ha experimentado la red junto a la potenciación de seis grandes corredores que atraviesan la ciudad y la puesta en marcha de varias líneas nocturnas.

"Ha sido duro para todos pero hacia falta. Hay que renovarse o morir", asegura después de 14 años de experiencia al frente de esta maquinaria. "Con este sistema de líneas troncales y de transbordos se saca más partido a la red y nosotros podemos influir más en el servicio tomando decisiones al ver cómo circulan las guaguas".

Carlos Tejera y Carmelo Ojeda, dos de los jefes de zona que hoy están de turno de mañana, controlan al mismo tiempo 170 guaguas. Es el número habitual de vehículos que están en la calle cada mañana y que se incrementan en ocasiones con cinco más dependiendo del numero de pasajeros en horas punta. Otras 170 salen por la noche y seis en la medianoche. Con ese número de coches en la calle y el número de viajeros que circulan a diario -más de 100.000- las incidencias son múltiples.

El Sistema de Ayuda a la Explotación de lo que trata en definitiva es que las guaguas tengan la "misma cadencia" para que el sistema funcione a la perfección y ningún viajero pierda más tiempo en la parada o deba de esperar a una segunda guagua porque la primera vino toda atestada de viajeros.

José Manuel González, director de producción del SEA, asegura que las "incidencias de tráfico" es lo único que hace que se retrasen las guaguas. "El 99,9 % de los vehículos van con la hora exacta desde la primera salida hasta que se encuentran con los incívicos de la circulación".