El Puerto prevé alargar el Reina Sofía entre 300 y 350 metros. La Autoridad Portuaria se debate entre esta alternativa o el ensanche del dique para emplear los 33 millones de euros que espera recibir del Estado el próximo verano. La Luz necesita más atraques, y ambas soluciones permitirían disponer de un mayor espacio para los buques. Sin embargo, la prolongación también abrigaría los muelles interiores, varios de los cuales no cumplen en la actualidad con las directrices del Estado: los barcos adosados se mueven cuando hay marea, y no se pueden ejecutar las operaciones de forma eficiente.

Se rescata así una vieja aspiración de la administración portuaria, que ya planeó un alargue de 1.192 metros en 2002. Sin embargo, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, en la etapa de la alcaldesa Pepa Luzardo, frenó aquel primer proyecto de prolongación de la estructura por el impacto visual que la obra tendría en la fachada marítima de la ciudad. Esto es, el llamado efecto bañera. Hoy se plantea una actuación menos ambiciosa (un tercio de la longitud inicial), que ya ha sido expuesta al consistorio y al Cabildo de Gran Canaria.

El Puerto busca un consenso para garantizar los servicios al creciente tráfico de buques petroleros o plataformas que operan en el Golfo de Guinea. El dique ya no protege lo suficiente a un recinto que ha crecido con los años, y que cuenta con una terminal de contenedores de medio millón de metros cuadrados. Según ha confirmado la propia Autoridad Portuaria, hoy se incumplen las Recomendaciones de Obras Marítimas (ROM) del Ministerio de Fomento. Los barcos atracados oscilan de proa a popa cuando las mareas son más intensas, lo que dificulta la estiba y desestiba de la carga, así como las reparaciones.

El proyecto inicial

El primer plan de prolongación comenzó, de hecho, a ejecutarse. Los cajones que hubieran servido de base a la obra nueva están colocados bajo el mar, a lo largo de un kilómetro hacia el sur. Hoy sólo sería necesario colmatar los trabajos con la superposición de nuevas piezas, pero sólo en los primeros 300 o 350 metros. De este modo se conseguiría la protección necesaria que ni siquiera se logró con la alternativa a la alargue original: la escollera de 700 metros de longitud situada a la altura de Muelle Las Palmas, cuya efectividad se ha revelado casi nula con el paso del tiempo.

La cancelación de los trabajos tuvo otra consecuencia. La Unión Europea rescató los fondos que en principio iban destinados a su ejecución, unos 35 millones de euros. El Puerto tuvo que asumir las liquidaciones con cargo a esta cantidad, además de unos 20 millones de gasto que ya corrían de su cuenta en el diseño del proyecto.

Pendiente de los fondos

Todo depende ahora de los fondos extra que la Autoridad Portuaria de Las Palmas ha venido negociando con Puertos del Estado. La administración central ha mostrado su predisposición a conceder esta financiación, siempre y cuando se invierta en los muelles de la capital grancanaria, que son los que más tráfico están generando. El presidente del Puerto, Luis Ibarra, mantendrá a mediados de junio una reunión en Madrid en la que todo indica que se confirmará la inyección económica.

En cualquier caso, la ampliación del Reina Sofía, ya sea a lo largo o a lo ancho, se antoja crucial para que la capital grancanaria pueda convertirse en un hub o punto de enlace e intercambio de mercancías y servicios con toda la flota destinada en África, en especial, la petrolífera. Los distintos operadores portuarios han realizado en los últimos años un esfuerzo para conseguir los certificados y sellos de calidad necesarios en las reparaciones, mantenimiento y suministros de estos barcos. La Luz quiere asegurarse de que tengan espacio suficiente y su posición esté debidamente protegida.

El Puerto continuará en expansión en un futuro inmediato. La Autoridad Portuaria licitará en mayo otro alargue, el del dique de La Esfinge, que tendrá 400 metros más. Este espacio se destinará al tránsito de pasajeros y combustibles, y el coste de la obra ronda los 29 millones de euros. A su adjudicación optan el grupo Cyes y cinco uniones temporales de empresas (UTE), las que forman Dragados, Drace y Lems; Satocan, Lopesan, FCC y Acciona; Sacyr y Cristóbal Ortega; Sato, Hermanos Tito y Félix Santiago; y Ferrovial, Agroman y Petrecan.

Con esta actuación La Luz conseguirá un atraque regular de un buque de pasaje, el que ya opera de Naviera Armas, y dos tanques de fuel, en un área en el que también se avanza en la instalación de los depósitos de combustible de Oryx. Aún quedará pendiente el cerramiento final de La Esfinge, para que el muelle quede resguardado de los temporales y el mal tiempo. El dique deberá estar terminado en 2015, para completar un puerto con mayor capacidad y oferta de cara al exterior.