Desde tierra o en el aire. Una toma de una hélice, de la cola de la nave o de niños practicando aeromodelismo. Toda perspectiva sirve, pero con la condición de que la aeronáutica sea la temática protagonista. Éste ha sido el objetivo de los concursos de pintura y de fotografía que ha organizado el equipo encargado de programar el centenario de la aviación en Canarias (1913- 2013). El fin de los organizadores no era otro que acercar y divulgar la historia de la aeronáutica a los apasionados de estas disciplinas artísticas. Ayer tuvo lugar la entrega de premios en la sede de la Real Sociedad Económica Amigos del País, en Vegueta.

La imaginación era uno de los ingredientes comunes en ambas competiciones. En primer lugar, el concurso de pintura, financiado por la Fundación Canaria para la Formación Aeronáutica, contó con 30 obras presentadas. El primer premio, dotado con 1.500 euros, la medalla del centenario y un diploma, fue a parar a manos de Francisco Javier Navarro, con el cuadro Homenaje al primer vuelo. Salvamento.

Cien años de historia, cien años de sueño es el título del segundo puesto que se concedió a Himar Suárez, asesor de empresas y natural de Las Palmas de Gran Canaria. "La obra es una especie de retrospectiva", detalla el galardonado, donde, a través del sueño de un niño interesado en volar, ilustra los iniciales pasos de la aeronáutica -como el primer vuelo a motor de los hermanos Wright- y llega a representar los avances más modernos del sector. El último en subirse a este podio pictórico ha sido Francisco Ramírez. Este profesor de la Escuela Luján Pérez ofreció una obra expresionista trabajada en un acrílico sobre lienzo, que recibe el nombre de Técnica y Evolución. Ramírez confiesa que "tenía confianza [en obtener un premio] porque me gustó el resultado".

Mientras, el concurso de fotografía, respaldado económicamente por el Real Aeroclub de Gran Canaria y por la Escuela de Pilotos Comerciales, registró un total de 46 imágenes participantes.

El primer premio a la mejor serie recayó en Francisco Valido, vecino de Agüimes y ganador de 800 euros, de la medalla del centenario y un diploma. El objetivo de su cámara se centró en la nave DC- 7C del Aeroclub de Gran Canaria. Este trabajador de la construcción y aficionado a esta categoría se acercó durante una mañana a este emplazamiento sureño para observar el entorno y dar con los mejores detalles. Reconoce que el concurso le ha ayudado para conocer más la historia de la aviación.

El primer puesto de la modalidad individual fue para Juan González, por Ave nocturna. Este médico de profesión acudió al Aeroclub a las cinco de la madrugada de una fría mañana y mantuvo su cámara en exposición durante 40 minutos con el fin de reflejar la luz de las estrellas. "Mereció la pena", apostilla este ciudadano de Vecindario, acostumbrado a hacer fotografía nocturna.

Por su parte, Francisco Javier Medina se hizo con la medalla de plata gracias a Nostalgia por recorrer los cielos. El atractivo de esta obra, según su autor, es "el contraste del cielo con la hélice, que está en un estado un poco obsoleto", argumenta este programador informático y residente de Maspalomas. Además, tomó esta instantánea en un día emblemático de la Navidad: el 24 de diciembre.

Por último, Carmen Acosta fue la tercera premiada en el concurso de fotografía. Su imagen está tomada cuando estaba de vacaciones en Playa Honda, Lanzarote, e inmortalizó un momento previo al aterrizaje de un avión en la pista. "Voy con mi cámara a todos lados", reconoce. Aunque también desvela que tiró de archivo para presentar una instantánea, ya que cuando tenía previsto apretar el objetivo, el tiempo no acompañó. "Me llevé una sorpresa cuando me dijeron que había ganado porque quería hacer una cosa nueva", señala esta trabajadora de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.