El centro comercial El Muelle prevé instalar un gimnasio de 2.500 metros cuadrados en su tercera planta. Así lo confirmó la gestión del establecimiento, que también negociaba en los últimos días la apertura de un hipermercado en su primer nivel. El centro quedará en el eje de la futura conexión entre el Muelle Santa Catalina, en el que atracan los cruceros, y el área del parque, el Mercado del Puerto y el entorno de la playa de Las Canteras. Hoy los turistas ya aportan el 70% del total de sus ingresos, si bien la entidad considera "fundamental" para su futuro que se le conceda la posibilidad de abrir los domingos.

El Muelle ya negocia la próxima apertura del gimnasio, uno de los más grandes en toda la ciudad, y que estará situado en su nivel superior. Será uno de los establecimientos que ocupen un mayor espacio en todo el recinto, junto al nuevo hipermercado en la primera planta, y un atractivo añadido para el público local, cuya demanda ha disminuido en los últimos años, debido a los efectos de la crisis económica.

El centro trata de renovar de este modo su oferta, justo cuando Puerto y Ayuntamiento trabajan de la mano para conseguir una entrada más limpia de los turistas hacia la trama urbana y Las Canteras. Si bien la marcha de los comercios que aglutina también se condiciona a la posibilidad de que el gobierno regional permita la apertura en los domingos.

Así lo apuntó Enrique Navajo, gerente del centro comercial, quien recordó: "Desde nuestra apertura hemos venido peleando por esto, a los ojos de los turistas resulta increíble que un centro comercial situado al lado del muelle de cruceros se encuentre cerrado los domingos".

Navajo añadió: "Las pérdidas económicas son cuantiosas por la falta de venta, además de un perjuicio para el empleo. La apertura los domingos supondría un incremento en la creación de puestos de trabajo, y repercutiría no sólo en nosotros, sino también en todos los comercios situados en los alrededores".

En este contexto, y a la espera de que se impulse la nuevo área de conexión entre muelle y playa, con una pasarela desde la entrada de cruceros hasta el Mercado del Puerto, el centro comercial mantiene su actividad, sobre todo, gracias a los turistas que llegan por barco. Si bien Navajo matizó: "Todo el mundo cree que la llegada de los cruceristas es la panacea y que su afluencia nos hace ricos", pero, "por desgracia, los que llegan sufren también la crisis en su país de origen y no viene con una gran disposición económica".

El gerente de El Muelle también señala que "la oferta de ocio por parte de agentes externos, como las excursiones o la propia oferta comercial en el muelle de embarque, es desmesurada. Los empresarios, en general", continuó, "debido a la pérdida de clientes locales, buscan en los cruceristas la diferencia de facturación que tenían antes, con lo que la competencia es muy amplia y diversificada".

En este punto, Navajo recuerda que "en el centro, hace cuatro o cinco años, el turismo proporcionaba los beneficios, mientras que el público local mantenía los gastos generales de los locales. Ahora, el 70% de los ingresos provienen de los turistas". La recesión se ha dejado notar.

Cuestionado sobre si cabe esperar una renovación de las empresas dentro del recinto comercial, en vista de los cambios previstos para su entorno, Navajo manifestó que El Muelle "es un edificio vivo, y este se debe ir renovando constantemente, no sólo el inmueble, sino también sus comercios. Si analizamos todas las tiendas que hay en la actualidad respecto a las que empezaron con nosotros, la rotación ha sido considerable. Esto ocurre con todos los centros comerciales". La particularidad que mantiene El Muelle es que tributa ante dos administraciones: el Ayuntamiento, por el Impuesto de Bienes Inmuebles, y el Puerto, por la tasa de ocupación.