La música amenizaba ayer tarde la calle Tecén, cortada al tráfico y limpia como una patena. Los vecinos dibujaban a tiza las primeras líneas de las alfombras de sal, arena y goma que hoy romperán los costaleros de la virgen del Carmen con su caminar. La devoción a la imagen, que hace cien años llegó al barrio en tartana desde el viejo hospital de San Martín en Vegueta de la mano de las hijas de la Caridad, se vivirá esta tarde a partir de las cuatro. Anoche, era tiempo de fiesta. Un asadero daba "energía" a Davinia Fernández y a sus vecinos de puerta a crear sobre el asfalto tres flores.

La Isleta ofrecía ayer una imagen festiva: banderines al viento, balcones engalanados, estandartes en la calle Benartemi -donde está la parroquia- flores a la entrada de la iglesia y los turroneros y vendedores haciendo ya esquina.

Tecén, entre Benecharo y Gordillo; Faro, entre Tinguano y Taliarte, y Gumidafe son las tres calles del barrio que recibirán esta tarde a la imagen de los marineros alfombradas. La talla procesiona a partir de las cinco por un itinerario diferente al que transita el 16 de julio, día de su festividad.

La imagen caminará a hombros de los costaleros por Benartemi, Tecén, Taliarte, Faro, Tinguaro, Gumidafe, Osorio, Tamarán y Umiaga para regresar de nuevo al templo por la calle Benartemi. No faltarán los voladores y algún vítor a la talla, de autor desconocido, como cada vez que pone los pies en la calle.

La joven Davinia Hernández es la primera vez que se estrena haciendo alfombras, pero asegura tenerlo todo controlado y "medido". La ocasión lo merece y es que hace 25 años que la imagen no pasa por su calle. De ahí, que todos los vecinos hayan querido colaborar.

Su vecinos, el matrimonio compuesto por María del Carmen Vázquez y Antonio Fuentes, levantarán la puerta del garaje para que los devotos admiren el altar que han preparado para la ocasión con suelta de palomas incluida.

Unos metros más abajo, la familia de Francisca Umpiérrez, también novata, está a punto de teñir los 100 kilos de sal rosada que han comprado y con la que dibujarán un ancla a la que irá enramada el capullo de una rosa. En el suelo escribirán el nombre de Carmen, una tía de Francisca que vivía en la calle, y que falleció este año. Será su homenaje particular.