Cobijo y sombra en los momentos más sofocantes, conceden el privilegio a la humanidad de proporcionar el oxígeno necesario garantizar la respiración. De hojas perennes o más exhibicionistas durante algunas partes del año, frutales o guardianes de los sentimientos más profundos que los enamorados tatúan en sus troncos como sello de eternidad, los árboles forman parte de la cotidianidad. Y aunque su existencia corre cada vez más peligro, ayer, con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, consiguieron plantarse en el centro comercial El Muelle hasta el próximo 25 de junio.

Ni podarlos, ni regarlos. El pequeño bosque, compuesto por una veintena de coloridos ejemplares, se ha elaborado con materiales reciclados, "con el objetivo de concienciar a las personas sobre esta materia", comenta Enrique Navajo, gerente de la gran superficie en cuyas plantas se encuentran repartidos los arbustos. "Es la primera vez que hacemos una exposición de este tipo. Con los árboles elaborados con materiales que hubiesen sido desechados queremos simbolizar el cuidado a la naturaleza", añade Navajo.

Lonas, alambres, cartones, periódicos, botellas de plástico, neumáticos, láminas de estores o palés son algunos de los elementos que encarnan troncos y copas creados por Rosa María Naranjo. "La mayoría de las cosas que usamos para dar vida a estos árboles los recogimos de Salto del Negro", explica. No obstante, ella tampoco perdió la oportunidad de recoger aquellas cosas de las propias tiendas de El Muelle que iban a ir a la basura. "El cuerpo de todos los árboles está hecho con los tubos de cartón en los que llegan metidos los tejidos", explica a modo de ejemplo.

"Todo puede tener una segunda vida y qué mejor lugar en un sitio donde se genere mucha basura", sentencia la monitora de talleres de reciclaje, entre cuyas obras se encuentra reflejado "el amor por la madre naturaleza" en forma de planta con hojas de corazones reciclados. Confiesa que la inspiración para algunos de los diseños le llegó de la mente creativa de su propio hijo, así como de alguna amiga y del equipo de Ecotecaplus de Turcón.

Precisamente el colectivo de ecologistas también colabora con el proyecto a nivel técnico e informativo. "Hay que sensibilizar sobre la existencia de los residuos y cómo se puede evitar producirlos, por eso el centro comercial es el lugar idóneo, al ser un punto de consumo importante donde se tiran muchas cosas", explica Pilar Álvarez, vocal de Educación Ambiental de Turcón. Para ellos, apostados al lado de cada parcela de árboles, está previsto que haya un panel en el que, además de mostrar información sobre la reutilización de materiales y cómo estos afectan al ecosistema, los usuarios podrán dejar sus mensajes. "Es un reflejo de cómo los problemas se pueden convertir en oportunidades".