No hace ni un día que ha abierto sus puertas y Margot Delgado ya se conoce de sobra la ubicación de los productos. "Aquí están las cosas de chocolate. Los dulces y el pan justo detrás de esta estantería y ya si quieres cosas para un cumpleaños, pues justo al lado", señala con precisión y la mar de divertida porque se encuentra en su salsa. Y es que ayer no pudo evitarlo. No pudo evitar coger a su marido y llevárselo a lo que en principio sería "solo mirar"... "¡Y mira el carro cómo lo llevo!" Filetes de ternera, yogures, congelados, verduras y, "por supuesto, productos de limpieza", son tan solo algunos de los artículos que, hasta ese momento, dan vida a una improvisada lista de la compra. "A mí es que me gusta mucho Mercadona", manifiesta feliz porque ya no tendrá que coger guaguas ni taxis, ya que justo al lado de su casa, en Hoya de la Plata, ayer abrió sus puertas un nuevo establecimiento de la cadena de supermercados.

Es la tienda número 16 de la ciudad, la 30 en la Isla y la 75 en Canarias, según fuentes de la empresa, y aún así sigue causando expectación. Entre caja y caja comentan cómo, desde temprano, casi un centenar de personas se agolpaban en la entrada del recién inaugurado recinto que, hasta las 9.15 horas de la mañana, permaneció virgen a las pisadas de los clientes.

Algo más tarde llegan Sandra Pérez y Lucía Saavedra. "Venimos a mirar nuestro nuevo Mercadona, a comprar y a estrenar el aparcamiento", cuentan las dos mujeres naturales de El Lasso, fieles a los "buenos precios de la marca propia" de la compañía. "Me gusta todo: los congelados, las cosas de panadería y los productos de limpieza", explica Pérez, quien hasta ayer acudía al territorio Hacendado de Las Terrazas, Guanarteme o El Batán. El carrito, que ellas llevan a medias, se va llenando y, como buena madre, Sandra no se olvida de sus hijos Aday y Yurinaida, a quienes "les encantan las empanadillas de atún"; y tampoco lo hace de su hermana Loli, que vive en Guía y a la que está segura "le va a encantar venir al sitio nuevo".

Flamante

Y es que el edificio se alza flamante, tras un año de obras, entre el paseo Blas Cabrera Felipe y la calle Candelaria de León, del Cono Sur. Con 112 plazas de aparcamiento y una inversión de cinco millones de euros, el nuevo comercio cuenta con una plantilla de 44 personas, provenientes de otros centros de la cadena. Mercadona no solo es un centro de reclamo comercial, también laboral, pues desde la empresa comentan que ya en su primer día de apertura recibieron algún que otro currículum.

Rosalía Trujillo no va en busca de empleo, sino a por un yogur bebido de mango y papaya "que te da la vida en la playa". Nada más salir de rehabilitación se acerca sin pensarlo a la tienda, acompañada de su prima Pino Suárez, ambas del barrio de San José. "Hemos venido por la novedad y de paso para hacer la compra. La verdad es que me voy encantada porque es un local muy amplio". El jamón de hembra y el queso al plato son dos de las debilidades de Rosalía, y por eso apoya la idea de que hayan abierto un Mercadona que la pilla más cerca. Además, "a más supermercados, más competencia en los precios y mejor para las amas de casa".

Por el bolsillo también mira Judit Peralta, quien ve posible el ahorro con la compra, sobre todo, de los productos Hacendado. Ella, igual que muchos, no puede evitar meter algo en la cesta. No obstante, mientras espera en la zona de pescadería, reconoce que acude al local con su hermano Dani, su madre, Ani Domínguez, y su amiga Lydia Santana, "porque era la inauguración, si no yo hoy no hubiese venido".

"Yo he venido a comprar lo esencial", declara Esther Torres, residente en Salto del Negro. Hasta ayer su fidelidad por la marca se consolidaba en cada paseo hasta la avenida Primero de Mayo, "donde está el Mercadona que me pillaba más cerca". Ahora puede ahorrar tiempo y disfrutar de un paseo entre las diferentes secciones de Mercadona junto a su hija Yamila, quien, cesta en mano, ayuda a su madre en la elección y también en la carga. "A mí también me gusta", asegura la pequeña de ocho años.