"Y cruzo, cruzo...", marca Lavina Sadarangani, junto a su hermana Sounita, a las pequeñas que acuden al taller de baile Bollywood. "Hacia la derecha: ven, ven. Eso es". La coreografía cobra vida con los alegres movimientos de las niñas, que acuden ataviadas para la ocasión con saris improvisados, labios pintados y cómo no, bindi (adorno que llevan las mujeres hindúes en la frente). Comienzan las actividades en la zona Puerto Canteras. Personas mayores, tomen asiento, porque las primeras horas de la tarde son de los niños.

Para bailar no hace falta tener una edad concreta o ser de una nacionalidad determinada, tan solo llevar el ritmo en la sangre. Y sino que se lo pregunten a Lorena Chang, que con tan solo un año y medio y vestida con llamativo traje chino acorde a su estatura, sigue el ritmo con todo su cuerpo. Algunos, menos atrevidos en lo que a danzar se refiere, vibran con la música de la India en el castillo hinchable de Chichirito y Chispita, que está justo al lado.

Son caribeño a tan solo una calle. "Bajo el mar, bajo el mar, vives contenta, siendo sirena eres feliz"... Media vuelta, media vuelta, sonrisa y pose. El cangrejo Sebastián es uno de los que pone el ritmo, pero sin duda, el talento y el talante de modelos lo ponen ellos. No es la pasarela Cibeles, sino la calle Ferreras. No son profesionales, pero lo hacen bien y se lo pasan mejor, porque ellos son los protagonistas.

Música, colorido y mucha variedad cultural. Mientras unos hacen sus primeros pinitos en el mundo de la moda y se proyectan así mismos, de una manera inocente, en lo cómo les gustaría ser de mayores -"¡Mírala, es súper guapa, es mi favorita!", le comenta una de las pequeñas que acaba de desfilar a su amiga al paso de una de las compañeras más mayores- otros se inician en el apasionante y entretenido mundo de las manualidades.

Tenerife es la calle de los talleres. Pintarse la cara, hacer pulseras, tocar los bongos con ritmo africano o aprender de la mano de Petri Mikael Navarro cómo se elabora una red de pesca, son tan solo alguna de las ofertas. Entre los más solicitados está el que realiza con creatividad Noori-Ram Nawalrai. En poco más de una hora han tatuado más de una veintena de manos con henna. Judith Muñoz está encantada con su dibujo, en el que aparece el símbolo de Ohm. "Me parece una experiencia increíble este encuentro multicultural", asegura la joven, que no ha querido perderse Puerto de Culturas, a pesar de vivir en San Cristóbal.

Se acerca la noche y el Mercado del Puerto adquiere otro color. El Walk & Food por el Confital, el paseo en tartana, la visita guiada por Puerto de la Luz o el concierto de la Jazz Band, dan paso a las actividades que tienen lugar hasta la medianoche. Entre pincho y pincho de la ruta Tape-Ando, los asistentes disfrutan de una representación de boda hindú, la música urbana de Walter Silva, el pasacalles canario, la actuación del grupo africano Thioune o la exposición fotográfica Gran Canaria va por barrios. La heterogeneidad está servida, la fusión cultural, también.