La ciudadana china Mianmian Liu admitió ayer ante un jurado popular que mató a su bebé el 19 de abril del año pasado. "Lo hice con mis manos porque estaba obsesionada con su salud y no quería que sufriera en el futuro", declaró la procesada durante la primera jornada del juicio por asesinato que ha comenzado ha celebrarse en la Audiencia Provincial de Las Palmas.

El bebé, de 12 días, fue hallado por unos vecinos en un descampado del municipio grancanario de Ingenio. El fiscal acusa a Liu de estrangular al niño con los cordones de su zapatilla en un parque cercano a la casa familiar, pero ella, entre lágrimas, apenas dio detalles a los miembros del jurado porque asegura que no recuerda cómo ocurrió el crimen.

Sí explicó que estaba "obsesionada con que no iba a ser un niño sano", pues el recién nacido tenía un defecto en una de sus piernas, se quedó embarazada al mes de sufrir un aborto y antes tuvo otro hijo que sufre autismo.

La acusada añadió que nunca se recuperó "física ni psíquicamente" de ese aborto natural, hasta el punto de caer en un estado de tristeza y llantos que se complicó con la anomalía en la pierna de su nuevo hijo. "Pensaba que el bebé no iba a poder caminar porque se quedaba cojo", agregó.

Para que no sufriera

La abogada defensora, en su intervención inicial ante el jurado, resumió la situación de forma más gráfica. "Tenía una depresión posparto de tres pares de narices y en su locura pensó que lo mejor era matar al bebé para que no sufriera", alegó. La letrada no solo califica los hechos de homicidio, sino que reclama la absolución al considerar que concurre la eximente completa de la responsabilidad penal por enfermedad mental.

No lo ve así el fiscal, que interesa para Liu un máximo de 15 años de internamiento psiquiátrico, así como una pena de 12 años de prisión. El representante del ministerio público reconoce que la acusada presentaba rasgos de personalidad obsesivos, sentimiento de culpa y delirios sobre la salud de su hijo, pero niega que esas alteraciones anularan completamente sus facultades.

Por eso el fiscal se muestra partidario de aplicar una eximente incompleta de la responsabilidad penal, es decir, que cumpla parte de la pena en un centro psiquiátrico y, si su estado mental mejora, que complete el castigo con su estancia en prisión, siempre y cuando el tribunal la considere culpable. Tanto para llegar a esa conclusión como a la contraria serán importantes las pruebas periciales de los médicos forenses, las cuales se practicarán entre hoy y mañana.

En la jornada de ayer sólo prestó declaración la procesada. Dijo que no recordaba haber usado el cordón de las zapatillas para matar al bebé, ni si cometió el infanticidio en su casa o en el parque. "No lo planeé", respondió al interrogatorio de la acusación pública a través de su traductora.

Sí subrayó que salió de su casa con el niño metido en un bolso. "No quería hacerle daño, lo hice para que no sufriera", replicó cuando su abogada le preguntó si mató a su hijo "por un acto de amor". Luego, entre sollozos, concluyó: "Fue un error enorme en mi vida. Ahora estoy en tratamiento y es imposible que lo vuelva a hacer. Daría mi vida para que volviera".