La iglesia de la Luz de Las Palmas de Gran Canaria es una construcción de referencia para el barrio de La Isleta. Polvo y escombros es lo único que se encontrará cualquiera que decida acercarse a ella actualmente. Es como si volviera a sus inicios, en 1900, cuando se construyó, porque, como toda edificación, escombros y polvo era al comenzar. Esta iglesia se creó ante la necesidad de tener un lugar mayor de oración por la gran cantidad de gente que estaba llegando a la Isla por el Puerto en ese entonces. El actual sacerdote de la parroquia, Simón Pérez Reyes, asegura que la primera misa de Gran Canaria se hizo ahí, y garantiza que es la segunda iglesia más grande de la Isla después de la catedral Santa Ana. Un lugar de oración para los feligreses, que cumplirá próximamente 100 años. Su bóveda de media naranja y vidriera francesa, así como la imagen de la Virgen de La Luz, que es "lo más bonito" según Simón Pérez, la convierten en un espacio adorado por sus fieles.

El sacerdote de La Luz cuenta que hace unos tres años comenzaron todos las dificultades: "Vimos humedad en las paredes del techo, y pensábamos que ese era el problema, pero luego abrieron y vimos que la cosa era más seria. Los hierros del techo estaban en mal estado. Estuvimos casi dos años buscando recursos y, por fin, parece que el Obispado asumió que había que arreglar esto". Agregó, también, que "con la crisis, la situación empeoró, pero al final se asumió. Era necesario quitar los hierros en mal estado, y poner nuevos. Hay más cosas que tendríamos que mejorar, como la fachada, pero ahora lo principal es el techo, en lo que se está trabajando desde hace un año".

Desde entonces, no han cesado las obras para mejorar el estado de la parroquia. En un principio, los arreglos menores en naves permitían que las eucaristías no dejaran de celebrarse, pero hace poco más de un mes empezó el trabajo más importante, lo que ha hecho que estas se trasladen a San Pío. Ahí, el mismo cura lleva a cabo las celebraciones ante los fieles que esperan, con ansia, la apertura de la iglesia de siempre.

Según contó Pérez, "tuvimos que cerrar la iglesia para poder avanzar. Aún así, haremos un parón de las obras en octubre, con motivo de las Fiestas de La Naval. Para entonces, ya estará acabado el trabajo más difícil. Por tanto, a partir de ese momento empezaremos con las celebraciones normales". Expresó, además, su preocupación por el período de tiempo de las obras: "Esperamos terminar lo antes posible, porque si no, hay un exilio. A la gente mayor le cuesta ir a la otra parroquia. Ahora estoy dando eucaristía en San Pío, y hay que subir una pendiente que cuesta trabajo. La comunidad pierde el contacto humano de cada día".

En la congregación son conscientes de que la reparación del techo es lo más complicado por tratarse de una iglesia abovedada, donde la nave central tiene una altura de más 20 metros. Además, la presencia de las mismas máquinas que no permiten escuchar con facilidad a Pérez explicando las obras, son las que imposibilitan el desarrollo de cualquier tipo de oficio. También hay otros arreglos, de menor importancia, que se quieren ejecutar. "Por ejemplo, la pila bautismal, que está en el fondo de la iglesia, se va a quitar y poner en un lateral. También poner vidrieras nuevas, que sean modernas y que den luz y vida a la iglesia, que al ser tan grande parece estar sola y fría", manifestó Pérez, que, además, reveló que "la fachada también nos gustaría mejorarla, pero eso es algo posterior".

En cuanto al asunto económico, Pérez Reyes asegura que el coste de la reforma será cubierto por el Obispado, y que estima que el presupuesto final sea superior a los 300.000 euros. Por otra parte, el Cabildo de Gran Canaria se encargará de sufragar los gastos del suelo de la edificación.

Además de este plan de mejora, existe otro proyecto creado hace ocho años. Consiste en la apertura de una entrada a la iglesia por la plaza de La Luz. El sacerdote asegura que "la calle donde está la puerta principal es muy estrecha, y cuando hay celebraciones es mejor abrir por la plaza para que la gente pueda hablar a la salida y demás". Explica que en un primer momento el proyecto fue aprobado en un pleno, pero luego se desestimó, lo que frenó la iniciativa. Además de la preparación de esta entrada, se querían construir unos pisos en un solar del Ayuntamiento localizado cerca del Castillo de La Luz, para dedicarlos a los servicios de la parroquia, tales como espacio de archivos o para impartir catequesis. "La iglesia tiene un problema, es enorme, pero no tiene servicios", agregó.

Ilusión

Este plan es algo que el párroco quiere llevar a cabo: " Me hace mucha ilusión, y ahora parece que la gente se está animando porque están viendo que estamos asumiendo el costo de los techos que era lo más grave". Además, completó, "parece que hay predisposición por parte del Ayuntamiento, contando con la colaboración de empresas privadas y demás". Así, reafirmó que los gastos serían asumidos por la colaboración de corporaciones privadas y por la parroquia. "Estamos dialogando y ya hay algunas empresas que están dispuestas a ayudarnos. El Consistorio pondrá facilidades, pero dinero no hay. Todo es poco a poco", afirmó.

La rehabilitación completa de la iglesia de La Luz es todavía algo futuro. Los proyectos añadidos aún más. Como dice Simón Pérez, todo es "poco a poco". Hay que acabar lo primero bien, para empezar lo segundo mejor. Al menos, eso es lo que se espera.