Victor Mooney se apresta a iniciar lo que será su cuarto intento de cruzar a remo el Atlántico. El navegante, originario del populoso Queens, en Nueva York, ha elegido Gran Canaria esta vez como punto de partida, después de fracasar en el pasado en sus dos intentos desde Senegal y en el único que emprendió desde Cabo Verde. La Gran Manzana es su destino final, en una travesía en la que persigue combatir la propagación del sida: a su llegada a los puertos americanos ofrecerá tests gratuitos de VIH, en una cruzada que Mooney emprendió con pleno conocimiento del impacto de la plaga.

El remero perdió un hermano por culpa del sida y mantiene a otro en lucha contra esta enfermedad. Es ahora cuando espera conseguir rematar una empresa complicada, pero que le ha valido captar la atención de los medios estadounidenses y las autoridades del estado de Nueva York, con quien se ha retratado en distintas ocasiones para difundir las imágenes en las redes sociales. La FIFA, además, apoya la aventura del estadounidense, cediendo varios balones de la próxima Copa del Mundo de Brasil que cruzarán el océano a bordo del Spirit of Malabo.

Esta pequeña embarcación llegó al Puerto de La Luz en un contenedor de Maersk a finales del pasado mes de enero. Con apenas 7,3 metros de eslora, Mooney deberá optimizar al extremo las prestaciones de un bote concebido expresamente para su misión. Esto es, poder a remo con las 5.000 millas que le separan hoy de su hogar, en un viaje que puede durar tres meses. El punto de partida será el puerto deportivo de Pasito Blanco, en donde el navegante espera dar esta semana el primer paso de lo que es el reto de su vida.