La ciudad rindió ayer homenaje a sus bomberos, tanto a los actuales como a los que comenzaron la andadura del servicio en 1867, fecha en la que el alcalde Antonio López Botas creó el cuerpo de extinción de incendios en Las Palmas de Gran Canaria. Su vocación era la de socorrer y auxiliar no sólo a la ciudad, sino a toda la Isla, ya que no es hasta 2003 cuando el Cabildo pone en marcha el Consorcio de Emergencias de Gran Canaria y los bomberos capitalinos restringen su actividad al municipio.

En esos 136 años de historia, los bomberos de Las Palmas han salvado vidas en la ciudad y fuera de ella. Por eso ayer, día de su patrón, San Juan de Dios, el reconocimiento brindado por el Ayuntamiento se centró en los 150 efectivos que integran el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) de la capital, pero también, de forma más particular, en los más veteranos, pues son historia viva de la transformación experimentada durante estos años.

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