El paseo de San José se paralizó ayer a media tarde para la tradicional romería del barrio de San José, una de las zonas más pintorescos de la capital, con la que los vecinos cerraban una semana de actos en honor al patrón de los carpinteros. La fría tarde no desanimó a las familias a vestirse de típicos y salir a la calle a disfrutar de unas horas de asueto en compañía de vecinos, amigos y parentela. Hasta la pequeña Paula, de ocho meses, salió a disfrutar de la fiesta para no romper la tradición de la familia Morales.

La pequeña, ataviada de típica, iba en su cochito, guiada por su mamá Naira Santana, en su primera salida romera. "No le molesta el ruido de la música; le gusta. Creo que es innato porque desde que estaba en la barriga ya la escuchaba", comentaba su madre, mientras Paula sin rechistar observaba cómo se movía el bolígrafo sobre el papel. La familia es de La Paterna pero no fallan a ninguna romería en San José porque es aquí donde viven los abuelos. "Es un barrio muy familiar y muy acogedor ¡ojalá viviera en él¡", apunta sin menospreciar a la zona en la que viven. "Allí también hacemos la romería, aunque con la virgen del Carmen".

Si Paula continúa con la tradición familiar es muy probable que dentro de 80 años la veamos tan contenta como José Luis García Barrera, percusionista y encargado de la llave de la habitación de los instrumentos de la Agrupación Folklórica de la Vega de San José, en el que lleva 33 años. "Con la agrupación voy a todas las salidas que haga falta. Antes éramos todos varones pero desde hace unos cuantos años dejamos entrar a unas cinco mujeres para ser masoquistas", subraya con guasa mientras saca los palillos para tocar el tambor. "Soy el único que le toca en el barrio".

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